[color=indigo]Hoy descubrí la vida. Sí, la vida; siempre me la pintaron como una esencia vacía. Llena de problemas, de tristezas, de desengaños y por supuesto de algunas alegrías.
Siempre pensé que esa vida no me gustaba y a veces me abrumaba la idea de que nunca podría salir adelante. Porque también me dijeron (y también creía) que solo los que habían nacido con un don especial eran capaces de salir adelante y de ser felices. En muchas ocasiones llegue a creer en todo eso, ya que había visto que solo quien tenía dinero o influencias era capaz de aspirar a algo o incluso de obtenerlo con solo poner por delante su dinero o su poder. Pero bueno, esas fueron suposiciones de quien no conoció la vida como yo.
Fue esta tarde…, mientras respiraba profundamente y me disponía a salir del trabajo; al doblar la calle que conduce al parque, observé a un niño recostado sobre el césped blando, mirando como embobado hacia el cielo. Seguí con mi mirada la suya.
-¿Qué mirará?- me pregunté, ya que no vi nada.
Me anime a preguntarle que es lo que veía y me respondió:
-Estoy mirando todas esas figuras que hay en el cielo, ¡son hermosas!
-¿Figuras?- me dije- si yo sólo veo nubes y por cierto, parece que va a llover, porque la nube de allá está un poco obscura.
Entonces el niño sacándome de mis pensamientos, continúo con su respuesta.
-¡Ves aquel barco, algún día yo navegaré en uno así!, ¡Estás viendo ese perrito que juguetón, va detrás de su amo! ¡Y más allá está un angelito, está sonriendo!, ¡¿Los ves?!
-¡Claro!- dije yo. En realidad no veía nada.
El niño viendo mi expresión de desconcierto aclaró:
-Dice mi mamá que a las nubes las podemos alcanzar con las manos. Ellas nos pueden llevar a mundos lejanos, con solo cerrar los ojos y dejar volar nuestra imaginación. También me dijo que las gotitas de lluvia que caen de ellas nos cubren de sueños, es como si llovieran ilusiones, pero la gente adulta cree que son simples gotas de agua. ¿Tú crees lo mismo?
-Claro que no- le conteste. Y dándole gracias por la aclaración me fui directo a mi casa, pensando que cuando crecemos se nos olvida sorprendernos de muchas cosas: de los atardeceres, de la lluvia, del viento, de los amaneceres en fin de todo cuanto nos rodea. Incluso de nosotros mismos. Nuestra estancia se empieza a volver tan monótona, que a veces, dejamos de tomarle el sentido a la vida, perdemos el ritmo del vals que bailamos; porque la rutina se apodera de nuestras vidas, de nuestros sentidos…
Ahora sé que debo hacer. Voy a tirarme en el césped, descalzarme y, como aquel niño, buscarle figuras a las nubes. Correr contra el viento y llenarme de esa sensación de libertad. Disfrutar de las gotas de lluvia (sueños e ilusiones, según el niño y según la vida misma), cayendo sobre mi cuerpo y capturar todos aquellos detalles que realmente son la vida.
Hoy disfrutaré de un delicioso helado, mientras escucho mi canción favorita. Leeré poemas y escribiré lo bueno que me ha sucedido, no dejaré que la monotonía toque mis pies y por ningún motivo dejaré de sorprenderme, quiero seguir descubriendo la vida y trataré de encontrar mi misión, para no preguntarme: ¿Qué hago aquí?, sino ¿Para qué estoy aquí? ESA ES LA VERDADERA VIDA.[/color]
A VECES IMAGINAMOS LA VIDA, COMO NOS GUSTARIA QUE FUERA, PERO MUY POCAS VECES LA VIVIMOS COMO QUEREMOS QUE SEA... TAL VEZ NO TENGA SENTIDO LO QUE DIGO, PERO SE QUE ES REAL