Solo podía escuchar el sórdido murmullo de las inquietas y turbulentas aguas que con furia arremetían contra su barco obligándolo a naufragar, pero inmerso en la oscuridad de la noche el capitán aferrado a su timón dirigía su barco y con insistencia siguió navegando por el ancho mar de la vida sin rumbo fijo en la oscuridad sublime de la tenue noche se perdía. Los fuertes vientos golpeaban con bravuras. Aun así siguió la dirección que se había trazado por si solo ya que en su osada lucha con aquel tirano llamado mar había perdido su brújula fiel compañera de sus incontables aventuras la cual jamás lo había abandonado, pero hoy en el duelo que su oponente le impusiera ella fue el trofeo que aquel tirano se cobrará a cambió de la vida del capitán y su velero. Ahora el capitán debía valerse por su instinto de arcaico navegante y seguir en busca de la ruta que lo llevaría a aquel puerto con el que el tanto soñó y que no apartaba de su mente a pesar de la tempestad por la que pasaría para lograr su cometido y poder encallar en aguas tranquilas para toda la vida. Pasaron los día ya cuando el creyó encontrar el rumbo fijo nuevamente se avecino aquella tormenta que días atrás lo había desafiado. Volvió una vez más a batirse en duelo con el mar. Agotado ya sin fuerzas se aferró a su navío. De repente una vela se desprendió impactando contra él y dando en su sien dejándolo inconsciente. Pasaron las hora y comenzó a reaccionar; sintió que en su rostro llamas de fuego que le quemaban y despertó no era más que el amable sol que lo despertaba anunciándolo que estaba en ese puerto tan anhelado por él y que había vencido al tirano de los siete mares. Volteo su cabeza y pudo divisar una silueta que le tendía la mano invitándolo a incorporarse ante ella. Pudo ver en aquellos ojos la paz y la ternura y en sus labios el eterno descanso que tanto aspiro y se dijo a sí mismo al fin te halle. Ella con voz de cántico de sirena dijo- Lo esperaba capitán y el respondió... yo también y no imaginas cuanto . Fue un 7 de diciembre que esto aconteció ya hacen 20 años que el capitán su puerto hallo y desde entonces la ama en silencio, pero la ama.
Autora: dinabety
Un capitán y su velero
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La estrella de Baires, siempre en sus camino.