(Para todos los que amo)
El paso de la parca tan cerca de nuestros parajes hace que las tonalidades de la vida se conviertan en iridiscentes. Por eso hoy quiero dejar mi legado, hoy quiero plasmar mi testamento.
Quiero que sepan que he sido feliz, hoy comprendo que ante la mano blandiendo la guadaña y su sombra todas las cosas aparentemente sin remedio se vuelven nimias, se tornan vanas.
Miro atrás y todo lo que me queda es haber sido querida, es haber podido recibir el amor y la ternura; atesoro como ninguno cada abrazo, cada beso y cada manifestación de afecto que he recibido. Desde mis primeros pasos hasta mis aletargados sueños que hoy, tras tantos inviernos reflejados en los rayos plateados de mis cabellos, guardo en mi baúl de recuerdos y de anhelos. Quedan incrustados en el centro de mi ser como gemas invaluables que hacen que mi alma brille reflejada con su intenso fulgor.
He vivido aferrada a mis oleajes y he bogado en su vaivén dejándome inundar de sentimientos, volviéndome corriente taciturna y marina. He sido mariposa de alas azules surcando mares e impregnándome de sus suaves fragancias salitrosas, embriagándome como una caracola con su rumor cadencioso y trémulo.
Doy gracias a todos los que me han dado su amor, sus gotas de rocío riegan mis pétalos cada amanecer colmándome y dándole vida a mí ser.
Por eso cuando llegue la hora de partir, cuando mis cenizas naveguen hacia las profundas aguas oceánicas para nunca más volver espero que mi canto se haga trino de gaviotas marinas y arrulle las noches de los que amo, que mi corazón palpite y sea escuchado en la cresta de las olas, que se sienta mi abrazo en las alas de azules mariposas, que mis ojos sean luz de luna que ilumine los senderos donde dejé mis huellas al pasar.
Pero ante todo es mi deseo que la tinta de mi pluma no se desvanezca, que cada palabra que nació de ella deje su simiente, que fluya sin cesar regando la tierra, los ríos y los mares, que su tinta-sangre emanada de mis adentros humedezca los campos y se haga una con sus surcos, que haga florecer amapolas, lirios y zarzales para que sus mieles y sus fragancias sean esparcidas por los vientos hacia el centro del corazón de los que amo y así Yo pueda perdurar en sus memorias siendo parte de la vida misma, fundiendo mi alma en sus adentros.
Sólo eso deseo que mi amor efluvio de manantiales de mis sentimientos, entregado a todos los que amo sin reservas, dado con todas mis ansias aún más allá de lo que puedo, haya logrado posarse con sus aguas mansas y a veces férvidas para así ser parte de su esencia y recorrerlos y volcar mi vida en su vida, fluyendo sin cesar por su torrente.
<center>
