
Reunidos por las hadas traviesas, dos se han encontrado en la noche, la distancia se ha roto por el encanto de estas.
Ahora ellos se sienten como cuando eran niños, ríen. Se tocan, el alma con la mirada.
Comparten lentamente, su vida. Y sueñan, sueñan, sueñan... con dulces encuentros.
Entrelazados, siguen cada noche que “el sortilegio se produce”. Su voz recorre al unísono el mundo en un tris, la piel de ambos se torna azul, púrpura y de un momento a otro, pequeñas bolillas de colores iridiscentes les aparecen.
Hadas, duendes, elfos, ríen a carcajadas. Ya que al mirarse aquellos dos(sin percatarse) se transforman. Ahora, ya no serán, las mariposas de mocedad, campanillas o cosas así.
Ahora, son seres extintos por el hombre y transformados en dos hermosos “CHICHICUILOTES”, revolotean juntos por las noches.
No hay promesas, ni etiquetas; solo se disfrutan, sin caretas.
El tiempo pasa sin sentirlo, levemente la reina “Titania”, da la seña; es tiempo ya de tomar la siesta; la magia de hada, acaba al llegar la aurora.
Los “CHICHICUILOTES MULTICOLORES”, se miran por última vez, sonríen por la dicha de existir, de ser y de coincidir. Y sueñan, con la alegría de que quizá, mañana u otro día llegarán a ser por siempre “CHICHICUILOTES MULTICOLORES”.
Ahora, mi querido niño, ya es tiempo de cerrar tus lindos ojos y dejar volar a las Hadas, sí aquellas, traviesas que han hecho realidad lo intangible y que duermen en el lindo jardín de casa. Trabajaran tejiendo dulce sueños de colores. Y quizá, si un poco crees vuelen hasta tu casa y rocíen un poco de su magia. Y..hasta un beso te planten.