CUENTO CORTO

[Mudlahara]

Águila y León
Una tarde luminosa y llena de sol, se posó una enigmática y curiosa águila sobre la rama de un frondoso árbol…..la razón; en su vuelo libre por el cielo, sus sagaces ojos descubrieron un espectáculo maravilloso!!! la figura de un impresionante rey de la sabana, aunque ya los conocía de tanto ir y venir, este rey era diferente por lo menos eso le pareció y se dispuso a observarlo. Así de pronto comenzó el desfile de su harem conformado por bellas leonas, las cuales tranquilas y a la vez alertas cuidaban de sus retoños; seguras de que estaban perfectamente custodiadas y sin peligro alguno.

Pasaron algunos días y el águila intrépida como era; fue acercándose más y más, precavida observaba a este maravilloso ejemplar. Se preguntaba para sí……que se sentiría en lugar de volar, reposar en el lomo del león y disfrutar del recorrido por la selva juntos?

Pero pronto deshecho esa idea!!!!no podía exponerse, quizá al león no le gustase compartir su cuerpo con ella y podía desgarrarla y ocasionarle heridas muy graves, incluso la muerte.

Meses después; el rey de la selva acostumbrado a ver tantas veces a esta hermosa y arrogante águila se acercó al árbol desde dónde se sabía observado y levantando su impresionante cara clavó sus hermosos ojos en los enigmáticos ojos de ella.

Algo pasó!!! de pronto el león comenzó a rondar los aposentos del águila y ésta coquetamente se erguía ante él, curioso el rey comenzó a dar muestras de querer entablar una comunicación, le intrigaba que una ave que no era tan grande como él, fuese reina de los cielos y pudiese volar y trepar con tanta facilidad.

Vanidoso de saberse un ejemplar único, permitió que la intrépida águila lo admirara en toda su fastuosidad, se erguía ante ella provocándola e incitándola, quería tenerla muy cerca y poder olfatearla, le divertía su ingenuidad, no obstante conocedor que se encontraba ante otra especie igualmente salvaje y fiera como él mismo. Así permaneció por muchos días con sus noches, atento a todos los movimientos de esta bella águila a la que ya había decidido seducir antes de devorarla.

Así, de pronto el águila se vio hechizada en la impenetrable mirada del felino y quiso verse de cerca en sus ojos, demasiado tiempo habían pasado en la sabana, tan lejos y tan cerca uno del otro, su instinto de conservación le gritaba que no se arriesgara, pero ella no era ninguna cobarde y segura estaba que saldría ilesa de esas garras y fauces. El león ya la esperaba, dispuesto a degustarla sin prisa, confiado en que por más alto que ella pudiese volar, desde que lo descubrió; se había convertido en su prisionera.

Cuando por fin la tuvo a su merced, arrogante como era se dejó admirar muchos soles con sus lunas y es precisamente en esas noches de luna llena y sin que ella lo notara, que se embelezaba con su mística belleza; y así ante la complicidad de la luna el amor surgió entre estas dos fieras.

Autor: Tere Marú
Fecha: 30 de Mayo del 2005