CRONICA DE UNA RESURECCION

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un angel enamorado
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CRONICA DE UNA RESURECCION

Mensaje por un angel enamorado » 11 Oct 2005, 18:46

CRONICA DE UNA RESURECCION

Una luz brillante en el firmamento, me atraía muy fuerte, yo con las piernas casi dobladas, quería avanzar pero no podía, algo me detenía, algo muy fuerte me sujetaba, la luz se iba aclarando poco a poco y de una luz blanquecina que brillaba en un horizonte negro y extenso, se fue transformando en una luz amarillenta, yo decía y preguntaba donde estaba, no lo sabía, aún incrédulo lo que veía me fui tranquilizando poco a poco, quería nuevamente avanzar pero no podía, sentía mucha paz al interior al mirar dicha luz, era una luz que no dañaba la retina de mis ojos, una luz tranquila, una luz de amor; de pronto quise salir de eso, quería ya de una vez despertar de esa pesadilla o sueño que vivía, pero no podía, entonces quise sentir mi cuerpo, mis manos y grande fue mi sorpresa que tampoco lo sentía, veía mi cuerpo y no lo sentía; la desesperación quiso apoderarse de mi, pero nuevamente al mirar la luz, sentí calma, una calma infinita, una paz interior que recorría todo mi cuerpo; de pronto escuchaba unas voces muy lejanas, que escuchaba casi imperceptiblemente, era como unos gritos, unos gritos de unas personas, no preste demasiado importancia porque veía que esa luz se hacía grande y comenzaba acercarse un poco mas y más, pero a la vez los gritos también se hacían mas audibles, ya podía escuchar, era como la voz de una mujer, ya mayor y la voz de un varón también maduro, pero no podía entender que decían; solo se que la luz se hacía mas intensa y cambia de color de un color amarillo a un color medio azul y amarillo, yo seguía estupefacto, inmóvil no sabía que decir, la luz se acercaba más y más de pronto sentí una mano que desde lo más profundo me dio un tirón y me saco de esa luz, entonces mis ojos se cegaron al ver una luz profunda, blanca, enceguedora y las voces de unas personas que decían:

- Ya volvió Dr.
- Muy bién sigan dándole respiración, controlen su pulso
- Se normaliza Dr, se está normalizando rápidamente, muy bien procedamos a suturar las heridas Srta enfermera
- Muy bien Dr, tenemos todo el equipo, procedamos

Entonces una voz femenina al oído me dijo:

- Esto le va a doler, pero ponga de su parte.

Me preguntaba, donde estaba, que hacía supuestamente echado con un médico en un quirófano, levante mi mano y sorpresa, veía toda llena de sangre, la otra igual, baje lentamente mis ojos y pude ver algo de mi ropa, una toalla blanca cubría mi pecho la cual estaba bañada de sangre, me preguntaba si era una pesadilla, o que era real, pero el hincazón de la aguja quirúrgica me hizo volver en sí, reaccioné y sentí un dolor profundo, entonces la voz femenina exclamó:

- Dr, creo que la anastecia no hizo aún efecto
- Srta, proceda inmediatamente, el paciente se va a desangrar, ya perdió demasiada sangre, proceda ya, pronunció la voz masculina con voz enérgica.

Yo aún casi somnoliento y aguantando el dolor, un dolor profundo sentía como me introducían una y otra vez la aguja en mi frente, el dolor se hacía cada vez más intenso, no decía nada, solo callaba; luego sentí que bajaban y me cosían cerca de mis labios, creo que tenía ahí también heridas, el hincazón en ese lugar fue como un rayo que me sacudió todo el cuerpo, mis ojos húmedos q uerían explotar, luego mi mente se trasladaba a los recuerdos que había pasado y poco a poco se fue desvaneciendo mi mente y luego aparecía yo en mi bicicleta, eran los años 90, aún estudiante, ya había terminado la universidad, la facultad de arquitectura y hacía mi tesis, eran los años difíciles de mi país, lleno de violencia, muertes y matanzas, era años donde escaseaba el trabajo, era época que ya debía valerme por si mismo, entonces laboraba en una empresa gráfica y siendo el trabajo mañana y tarde, me movilizaba en mi bicicleta pues de esa manera llegaba en forma más rápida que movilizándome en cualquier bus que por dicha época era muy escasos y había que formar largas colas para esperar los ENATRUS, unos buses grandes que el gobierno puso en funcionamiento, razón por la cual mi movilización era solo en mi querida bicicleta, que por cierto siempre iba a gran velocidad; el ciclismo era mi pasión, era mi deporte favorito, pero también la velocidad era mi baja pasión que me exponía siempre a un riesgo como me estaba sucediendo. Ese día para mi mala suerte, transitaba por una vía de alta velocidad, una forma de llegar más rápido a casa, con tan mala suerte que en plena bajada se me rompió la horquilla de la bicicleta, con la velocidad y por la inercia de la velocidad salí en forma disparada varios metros y justamente al lado contrario de la avenida, cuando un camión de alto tonelaje circulaba; un chirrido seco es lo único que llegue a escuchar y luego desvanecerme; una hincada cerca a los párpados de mis ojos me hizo nuevamente traer los recuerdos a la sala quirúrgica, y la voz seca masculina pronunció:

- Ya acabamos, Srta enfermera, limpie todas las heridas y suministre los medicamentos que voy a ordenar
- Bien Dr, menos mal que el paciente puso todo de su parte.

Yo aún con los ojos inundados del dolor profundo que sentí, ví como ese médico seco y malhumorado se iba sin decirme nada, la enfermera una srta atenta se acercó y me dijo:

- Pierda cuidado, todo va a estar bien, el es uno de los mejores cirujanos

Entonces con voz reseca e entrecortada dije:

- Que pasó?, no recuerdo mucho

La enfermera algo sorprendida dijo:

- No recuerda, Ud, vino en un taxi, entro al hospital del seguro empapado de sangre y luego se desvaneció al ingresar a la sala de emergencias, pero no es nada grave, solo que perdió mucha sangre, ningún órgano esta dañado, tuvo mucha suerte y bueno por otra parte que le dimos 17 puntadas para suturar todas las heridas.

En ese momento escuché la voz de mi madre, había estado todo el momento en el pasillo, al escuchar la voz de ella, me hizo acordar la voz que escuchaba cuando estaba frente a la luz blanquesina y era la misma, era la voz que con esa mano me saco del camino a la luz, sentía que no era aún el tiempo de partir.

Al sentir las manos de mi madre en mi rostro y sollozos comprendí que había quedado muy mal, no se pero me sentí muy mal, con muchas ganas de querer gritar y explotar, en ese momento me trasladaron a la sala de rehabilitación y en un vidrio obscuro pude verme en el reflejo que mi cabeza, cara y manos estaban llenos de vendas, parches, decía dentro de mí, que paso, que sucedió, veía todo esto como una pesadilla del cual no podía despertar.

En la noche no podía dormir, no me podía dar vuelta siquiera, seguía viviendo las escenas del accidente, me decía dentro de mi, si ese día no hubiera sacado mi bicicleta no estaría ahora así, entre las lamentaciones y el isomio sucedió algo muy extraño, no se si sucedió en forma real o fue un sueño, pero a mitad de noche donde todo estaba obscuro, vi nuevamente esa luz, pero no la vi con mucha luminosidad ni con tanta magnificencia como la luz de la mañana, si no como un halo que flotaba en la habitación entonces pronuncié mentalmente :

- Que eres
En forma casi inmediatamente y telepáticamente me respondió :
- Soy tu conciencia, tu otro YO
MMmmm….casi sonriendo…dije :
- No pensé que mi conciencia algún día me hablara
- Estoy siempre dentro de ti, me llevas en todo momento, soy tus virtudes y también tus debilidades
- Si??... y dime que deseas pronuncié en forma algo perpleja
- Darte algo, algo que te falta en ti, algo que te cuesta aún creer
- Que es?
- CONFIANZA, SEGURIDAD
- La tengo querida conciencia, no me digas algo que no es así.
- No, si no fíjate, que haces lamentándote, que haces llorando, lo que ocurrió, ya; ocurrió, deja las lamentaciones, deja el pasado atrás, piensa en ahora en mañana.

De pronto esas voces me dieron como un tirón, como un sacudón fuerte dentro de mí, era muy cierto lo que escuchaba, hasta ese entonces era una persona que vivía de los recuerdos así sean lejanos como una vivencia diaria y actual, era quizás el momento de cambiar, de dejar para siempre la palabra “SI HUBIERA”, analicé en forma rápida lo sucedido entonces dije:

- Cierto querida conciencia, tienes razón, mucha razón es tiempo de cambiar, de tomar una posición distinta
- Gracias, sabes que con tu actitud actual de cierta manera me ayudas mucho a mi, porque ya no podía más soportar tu enorme desconfianza, tu inseguridad, suerte Carlos y confía que todo saldrá bien.

Entonces la luz se fue extinguiendo poco a poco; hasta no quedar nada. Al día siguiente fue un nuevo despertar, ya algo más reconfortante amanecí mejor, lo primero que hice es que cuando entraba al baño no mirar el espejo, no miraba vidrios ni nada, a los 15 día de estar en casa, volví a mi trabajo, después de una terapia de rehabilitación de meses, quedé como nuevo, en todo el tiempo perdí la vergüenza, ignoré los ojos que me observaban como un bicho raro y gracias a las manos mágicas de ese Dr malhumorado que hizo bien su trabajo y de la enfermera que me hizo infiltraciones y sobretodo a la luz de mi otro Yo, que me trajo confianza y seguridad, las cicatrices con 17 puntos en mi rostro, desaparecieron por completo, ahora son casi imperceptibles y quizás para mirarme que ahí hubo cicatriz se necesite una lupa; lo acontecido en mi vida es un hecho doloroso pero también feliz , por cuanto ahora pueda haber cosas difíciles de vencer, pero no imposibles, porque siempre habrá un SI SE PUEDE, esta crónica de una resurrección no solo marca una resurrección en el cuerpo, si no una resurrección en el ALMA.

UN ANGEL ENAMORADO.

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