ADRENALINA AL 100
El velocímetro marcaba 140 km/h, sentía una brisa agradable en el rostro, el ritmo estrepitoso de Dire Strite me hacía sentir bien, me sentía libre, me sentía relajado, los pedestales del kilometraje de la carretera pasaban casi raudamente, tenía que llegar al encuentro antes de las 07.00 hrs quedaban escasos minutos y me faltaba como 5 km aún, por más que aceleré llegue al punto de encuentro con tranqueras; la carretera estaba en construcción se hacía una nueva después de muchos años de postergamiento y cerraban a las 07.00 exacto a fin de no entorpecer las labores de trabajo; había que esperar hasta las 12.00 para dar paso y unas voces con un español mal pronunciado en la parte de atrás me sacaron de mis pensamientos :
- Excume, por favor decirme está cerrado la carretera
- Si Mr, lamentablemente nos atrasamos, no salimos a tiempo y bueno ya está cerrado la carretera
- Y ahora que hacer?
Esa misma pregunta me hacía, mientras mi mente se remontaba a hrs anteriores en que fue a recoger a una pareja de esposos Nórdicos, los cuales se demoraron en sus salida del hotel; el objetivo era llevarles a un punto donde comenzaba el camino inca en CUSCO, un tours muy solicitado en mi ciudad y yo como parte integrante de la agencia de turismo que era de la familia, apoyaba en mis ratos libres al traslado de turistas en una camioneta cuatro por cuatro para pasajeros, me agradaba hacerlo porque además de sentir emoción en el volante por transitar gran parte por una carretera rural de tierra; lo lindo era que se seguía a lo largo de una rivera de un río muy caudaloso se llamaba el Vilcanota y era un Apu (DIOS); se pasaba comunidades nativas, se tenía en todo momento vegetación, aves, campo, verdor, se pasaban muchos paisajes hermosos, con muchos cambios de altitud en todo su recorrido, con muchos pisos ecológicos, la salida a tan bello lugar era todo un espectáculo bello razón poderosa para salir aparte que conocer personas de otras latitudes caía siempre bien, pues aprovechaba siempre para charlar y conocer nuevas ideosincracias y de paso perfeccionar mi ingles si se daba el caso; pero ahora me hallaba con una disyuntiva, tenía que llegar al punto de encuentro antes de las 08.00, la carretera estaría cerrada hasta las 12.00 y la distancia por recorrer era como 10 km; mientras mi mente pasaba de una escena a otra una voz me saco de mis pensamientos:
- Sr. Carlos y si vamos por el frente
- Como por el frente Augusto; el cual era el cocinero de la expedición y que conocía bien la ruta
- Si Jefe, vamos y le voy a indicar, solo que el camino esta malo por las lluvias constantes y esta malo
- MMmmmm que tan malo Augusto?
- Diría que bien malo, pero no hay otra alternativa, nos están esperando el resto del grupo y nos van a dejar.
- Cierto, estamos piña, ni modo
Si algo aprendí en el transcurso del trabajo en turismo es que a los clientes no había que fallarles, había que darles un buen servicio, vivo o muertos, así que ni corto ni perezoso, cambié de rumbo y me seguía por las indicaciones del cocinero que hacía de guía, el camino era muy malo, pésimo diría, si no fuera por la doble tracción y el motor 3L, nos hubiéramos quedado atascados hace rato, el camino iba a escasos metros por trechos al lado del río, este era muy profundo y muy caudaloso, lo suficiente como para tragarse en segundos un trailer (camión alto tonelaje), el fango se presentaba a cada instante, por momentos muy difíciles y de pronto llego la prueba de fuego, había que cruzar al “frente”, a la orilla opuesta y como hacerlo, nada menos que por un puente colgante de cuerdas y maderas
- Oye Augusto, si piensas, que voy a cruzar por este puente, estas locooo??
- Si Jefecito, no hay otra
- Oye no te pases, hemos recorrido como 2 km para llegar a este pertrecho puenteee?
- Asi es Jefecito, pero no hay otra
- Y dime, pasan por acá carros, camionetas
- Si Jefe,
- Cuando viste eso
- El año pasado
- El año pasado???????
Inmediatamente por mi mente paso las interrogantes, era el año pasado, de un año a otro la estructura se puede deteriorar, eso lo sabía en forma innata, pues mi profesión era eso, diseñar, hacer estructuras; me baje de la camioneta y comencé a inspeccionar el puente, los cables eran de acero pero el piso era de madera, alguna de estas deterioradas y podridas, mire mi reloj eran las 07.30, solo quedaba 30 min para llegar, no había que elegir, tenía que pasar dicho puente, pasé hasta la mitad y miré lo estrepitoso del río, estaba cargado, era temporada de lluvias, su color era un chocolate cargado, venía con fuerza, no quería ni pensar si sucediese algo….regrese la camioneta y dije:
- Bien, vamos a pasar el puente, por favor Mr, bájese y cruce el puente a pie, me esperan al frente
- Ohhh no poder por favor, mi esposa temer a los puentes
- Queeeeeeeeee??’’??
Dije en silencio, eso no más faltaba, una persona con temor a los puentes, y seguí pronunciando :
- Pero Mr, puede ser peligroso, voy a cruzar con la camioneta un puente que no conozco
- No importa, nos arriesgamos pronunció el turista con un español mal pronunciado.
- Bien Augusto, tu me guías
- Bien Jefe, vamos
Tome el volante y apreté el acelerador por a poco, sentí el crujir de la madera con el peso de la camioneta, eran los primeros metros que avanzaba, sentía ya el sonido estrepitoso del río, seguí avanzando, lo hacía despacio, mi mente estaba al frente, a las indicaciones del guía y también en una efigie de Cristo, El Sr. De Huanca, avanzaba poco a poco, sentía ya de pronto sudor frío, ya había avanzado mas de la tercera parte, no podría ya regresar, había que seguir adelante, se me veían las imágenes de una película años atrás que ví “EL SALARIO DEL MIEDO” y nunca me imaginé vivir esas imágenes en carne propia, seguía avanzando con esas imágenes, veía por el retrovisor la pareja de turistas que abrazados estaban estupefactos quizás arrepintiéndose de la odisea, sus rostros denotaban mucho temor, los crujidos en la madera se hacían mas incesante, me imaginaba que en cualquier momento cedería dichas tablas viejas y podridas, avanzaba y sentía como el puente se balanceaba con el peso de la camioneta de pronto se me vino como unas voces internas que si podía hacerlo y los recuerdos de los lugares que estuve y de las peripecias que me toco y me decía algo de mi lo que era, un tigre, mi naturaleza tenía dentro un tigre innato, lo era y me sentía así, si no había emoción si no había aventura, todo sería monótono y aburrido; ya estaba en la mitad, de pronto el temor, el sudor frío se fue, así de simple, sentía mas crujidos de la madera, pero no hacía caso, me sentía reconfortado, me hice una autoterapia para superar los momentos vividos y resultó,..resultó; terminé de pasar el puente y ya más tranquilo seguí la marcha, la música, la charla amigable de nuevo se puso en el interior de la camioneta y al ver kilómetros más abajo de nuevo otro puente similar para volver a la orilla original, no me atemorizó y lo pasé con toda naturalidad; han pasado años, dichas labores ya no hago por cuanto me he dedicado al 100% en mi profesión el cual son en provincias alejadas de mi hogar y cada vez que voy por el campo y veo puentes colgantes, me acuerdo de ese episodio ADRENALINA AL 100.
UN ANGEL ENAMORADO
ADRENALINA AL 100
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