En dos partes del mundo, donde la distancia no se puede medir, existen dos personas tan ajenas y tan necesitadas la una de la otra.
Él es un hombre con el corazón maduro y la sonrisa en la mirada. Su rostro tiene cicatrices que no se notan, pero que la vida va haciéndo en el corazón.
Su voz delata la experiencia de los años y el ímpetu de la juventud, la cordialidad del mejor amigo; la sinceridad del hombre sabio, se siente al escucharlo, paz en el alma. Paz que es algo que muchos, no pueden sentir. Sobre todo en el alma, que está muy dentro como para que alguién pueda tocarla, pero el posee ese don, el don de tocar las almas.
Su edad poco importa, lo que interesa es su persona.
Bien! Un día sin quererlo y deseándolo sin saberlo, se encontró con ella.
No tenía mayor razón para sentir más que una gran amistad, y sin embargo, nada sucede por casualidad.
Ella de naturaleza solitaria, soñadora como es, sueña con el amor, aunque está convencida de que no existe; Su alma es como un espejo que refleja el agua clara, no desea, no espera, sólo se da, solo se entrega, pero no tan fácil y no a cualquiera.
Solo se entrega al caballero que sus sueños le presenten, tiene una figura femenina y cuidada, pero hay días en que se levanta por necesidad, más no por ganas. Necesidad que la mantiene firme en la lucha diaria, que es responsable de otros.
Y bien, un día sin quererlo y deseándolo sin saberlo, se encontró con él. La conversación de lo más normal, como dos amigos que recién se conocen.
Mientras en el universo hay mil cosas que han tramado el encuentro, y ahora preparan el terreno para que las almas se encuentren.
Así, mientras conversa con ella, él siente que la quiere y la conoce. Su curiosidad va más allá, hace preguntas, desea saber más, desea sentirle cerca, ella rehúye, pero tiene las ilusiones de los sueños que se realizan, y siente un anhelo constante de comunicarse con él.
La primera noche que han descubierto ambos, esto que sienten, se comunican después en silencio...
...Ella teme haberlo importunado y por lo mismo haberlo perdido, y escribe para él, una carta de amor, que leeremos a continuación:
-Vida mía!! Siento tu ausencia ahora que te he tenido tan lejos y tan cerca. Si pudieras soñar conmigo, esa noche en la que nos hemos abrazado, mientras me enseñabas a bailar, esa noche en que deseaste besarme y yo no quise aceptar... si esa noche pudiera continuar... entonces el olor del sinfin de flores que a mi alrededor hoy ma invitaría a besar tus labios anhelantes de los míos. La música suave y melódica que perciben mis sentidos, es una clara insinuación, de que mi piel espera el roce de tus dedos... Si pudieras soñar conmigo amor... Esta carta no sería tal, porque en lugar de ella, estaría el aroma de mis deseos abrazándose a tus anhelos, y la melodía de tu corazón, envolviéndo mis íntimos sueños.
Vida mía, cómo siento tu ausencia ahora que te he tenido tan cerca y tan lejos, pero no importa, porque nada sucede por casualidad, todo tiene una razón de ser, y tú eres el amor que sueño, y que ahora sé que existe!!!
José de la Vega y...
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...Es dedicado al gran amor de mi vida Jean. Es la narración de nuestra historia. Desde lo más hondo de mi alma, gracias por a la vida por entrelazar nuestros caminos...
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