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Una Rosa Blanca
Esta noche soy portadora de una noticia muy triste que enluta con mucha profundidad, la vida de un Poeta que se ha destacado en nuestro foro, por la majestuosidad de sus versos, por la pulcritud en sus escritos y en especial por la amistad que brinda a los que a él recurrimos en un momento de angustia que nos trae el camino.
La Señora Dora Botero de Cano ha fallecido en brazos de su hijo Guillermo cano Botero, la pena que invade éste corazón romántico es profunda e inmensa como el mismo cielo donde la Señora Dora descansa en brazos de la gloria Celestial.
Hace pocos días Guillermo nos abrió su corazón por medio de una carta ¿Quién de ustedes no sintió su llanto al leer los temores, la tristeza, los recuerdos que invadían el alma de nuestro poeta? Estoy segura que ustedes, sus amigos y yo, su compañera de vida, jamás podremos olvidar aquellas palabras, escritas con la más absoluta tristeza, teniendo por pluma sus recuerdos y por tinta esas lágrimas que brotaban de los ojos tristes de Guillermo. Porque aunque Guillermo ría, aunque nuestro poeta coqueto cuente alegrías y hazañas, aunque nos brinde consejos, aunque nos halague en sus versos, aunque su mano siempre esté extendida y su correo abierto para recibir consultas y penas ajenas, los ojos de Guillermo son los más tristes que he visto en mi vida.
Él sabía que este momento estaba muy cerca, allí nos manifiesta el temor que sentía al tener que ausentarse por un momento del lecho de mamá Dora y al regresar encontrarla sin vida. Guillermo ha dedicado muchos años al cuidado de esta dulce mujer, que postrada, esperaba el llamado eterno.
Conocí a Mamá Dora como yo la llamo con todo mi cariño hace dos meses cuando estuve de visita en la Capital. Bogotá es una Ciudad dónde siempre hace frío y mucho más en aquellos días en que llovía día y noche. Dentro del apartamento que compartían Guillermo y Mamá, nunca tuve necesidad de buscar una ruana o un abrigo para refugiarme del frío, el corazón de estas dos maravillosas personas es tan especial, que allí por más lluvia, por más viento, por más tempestad que hiciera, por más inclemente que fuera el clima Bogotano siempre se sentía calor. El calor que irradia la mirada tierna y triste de nuestro Maestro Guillermo, la paz que emanaba el alma de Mamá Dora, su rostro compungido, el dulce color miel de su mirada y su voz diciendo a su hijo amado: ¡TE QUIERO AMOR! Quedaron por siempre grabadas en mi corazón. Mi despedida de Mamá Dora en aquel entonces fue muy dolorosa, me arrodillé a su lado, tomé sus cálidas manos, blancas, pequeñas suaves y delicadas como las de un bebé que acaba de nacer. Cruzamos unas palabras que serán un secreto eterno guardadas en el cofre de mi corazón, por último nos fundimos en un abrazo al que recurro cada vez que me asecha una tristeza, cada vez que siento que me falta valor, cada que siento deseos de tirarlo todo y correr a su lado. Afortunadamente, hace ocho días que todo lo dejé para reunirme con estas dos personas maravillosas y hoy, pude estar al lado de Guillermo y su hermana Luz Helena, despidiendo este dulce Ángel hacia ese viaje sin regreso.
Mamá Dora reposa en silencio y en su rostro se lee la resignación y la calma del que ha cumplido.
Cuánta soledad ha de sentir nuestro poeta amado al llegar a casa y no escuchar el ruido del aparato que proveía de oxigeno al ser más tierno y dulce, a la mujer de cabellos blancos que se confundían con el color de su piel.
Hoy, me tomo el atrevimiento de hablar por todos los poetas que conforman la Familia Shoshan, en nombre de los que escribimos y de aquellos que entran solo a leer nuestros poemas, deseo decirle a Guillermo que en cada lugar donde habita un poeta o un lector del Foro, una rosa blanca será puesta en honor a la vida de Mamá Dora. Si te asomas a nuestra ventana amado mío, esta noche no encontrarás la luna, ella ha sido reemplazada por todas las rosas, por todas las lágrimas, por todos los mensajes que recorrerán los mares y los vientos, con ellos formaremos un solo corazón para darle consuelo a la tristeza que te invade.
Con todo mi amor
Laura Margarita Medina Murillo
Laura del Mar
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Mi respeto, cariÑo y amistad siempre para el seÑor guillermo y ustedes. Buenas noches 
