“ DOS MAS DOS NO SIEMPRE ES CUATRO “

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un angel enamorado
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“ DOS MAS DOS NO SIEMPRE ES CUATRO “

Mensaje por un angel enamorado » 23 Ago 2006, 21:28

“ DOS MAS DOS NO SIEMPRE ES CUATRO “

Las voces inquietas de Cirilo, se dejaban escuchar en forma insistente, claras precisas, en ese momento se creía el dueño de la verdad absoluta, yo un poco desconcertado por la respuesta de mi almacenero de confianza; el sol en pleno invierno quemaba, el cielo esta totalmente despejado y solo se veía un azúl profundo típico de la serranía, nuevamente las voces me sacaron de mis pensamientos; veía a Cirilo algo preocupado :

– Inge, la verdad no mas le digo, que es así; acaso Ud. no salía cuando tenía que hacer “comisiones de servicio” y se tomaba el día completo.

– Oye Cirilo no te pases, dije molesto y en forma enérgica. Yo soy tu jefe y no me puedes estar controlando, yo tengo un jefe al que tengo que dar cuentas pero no quieras asumir papeles que no te pertenecen.

– Pero Ingecito, tiene que ser para todos iguales, recuerde que Ud. tendrá un cargo, pero ante el Papá Dios todos somos iguales.

En esos momentos me trasladé como me hallaba enredado en este diálogo tal vez incomprensivo y me remonto al l año 2005, yo laboraba en un distrito denominado Iglesiapata, de la provincia de Andahuaylas, Departamento de Apurimac; la distancia que había que recorrer en llegar a dicha zona era aproximadamente 18 hrs, desde mi ciudad de origen; mi labor era como residente de obra para hacer una escuela en esos lugar tan alejado de la civilización, era el fin del mundo, dije cuando llegué a la zona, creo que ese pueblito no esta siquiera en el mapa, si no detrás de el; la cantidad de días que tenía que permanecer en dicho lugar era de 24 días; pero si ameritaba como era la compra de materiales que también estaba a mi cargo podía salir junto con la comisión que representaba al pueblo y se les denominaba núcleo ejecutor; tenía a mi cargo no solo el aspecto técnico, si no del aspecto financiero y contable, amén de hacer el papel de Sociólogo, Abogado, Consejero familiar y hasta veces sentimental, de mi personal, pues para eso estaba en ese lugar fin del mundo para hacer la obra y dejar algo bueno en ese lugar, por mes teníamos una reunión mensual con el equipo zonal del proyecto, de paso presentábamos nuestros informes mensuales; para el cual salíamos con permiso autorizado por la zonal en comisión de servicio y nos ausentábamos dependiendo, podía ser 1 a 5 días. En ese pueblito comenzamos la obra en plenas lluvías, avanzábamos en forma lenta pero segura; era el mes de mayo, mes de invierno donde la temperatura llegaba en las noches hasta los 10 grados bajo cero y en el día como máximo 8 grados sobre cero; tenía 15 personas entre obreros y mano de obra calificada a mi cargo; uno de ellos aparte de mi maestro de obra, el almacenero que era mi adjunto y me acompañaba para todas partes; la gente que vivía en la zona, al gran mayoría hablaba solo quechua, pues como no sabía mi almacenero era mi traductor; este mi dichoso almacenero, tenía un nombre gracioso por lo que solo le llamaba Cirilo; pues un día el famoso Cirilo falto en horas de la tarde, supuestamente disque por que su vaca se había perdido y le había ido a buscar; si aplicaba las reglas tenía que descontarle ese día; pero le di la oportunidad de que recuperará el día domingo, me debía un total de 4 hrs.; le dije a Cirilo que el domingo me quedaría en la zona y que controlaría su trabajo; pues si algo me caracterizó en todos mis trabajos es que las personas mas allegadas a mi persona, son las que más les exigí y nunca fui contemplativo; para que el resto del personal nunca se sobrepasarían; así que llegó el día domingo; pero justamente el dichoso Cirilo se apareció a las 11.00 am a completar sus horas que me debía, no pudo antes porque toda la comunidad tenía una faena general en el cual participó; luego de haber laborado 2 horas y como eran las 13.00 hrs, hora del almuerzo, me solicitó que tendría que almorzar y que el resto de horas lo pagaría en la tarde, bueno accedí un poco regañadientes, pero se me paso cuando me invito a almorzar, bueno le agradecí, total no tenía mejor oferta, ya que la señora de la pensión, los domingos no cocinaba; fui a su humilde morada el cual era una cabaña de adobe, con techo de paja y con un fogón el cual ardía pomposamente y dejaba salir el aroma que se cocinaba cuy; dije CUY!!!...para mi era como si me invitaran a comer un banquete, ya que el resto de la semana nos pasábamos con una comida que en su mayoría era huevo, arroz, mote y papa; creo que esa comida me cayó del cielo; para agradecer dicho gesto, traje una gaseosa gigante y una cervezita; Cirilo quedo muy contento y bueno almorzamos y saboreamos dicho cuycito que estaba para chuparse los dedos, claro que no me los chupe por respeto; luego comenzamos a tomar los aperitivos y la plática se extendió por dos horas; luego le dije a Cirilo que eran ya las 3.00 pm y que volviera al trabajo, que tenía que cumplir su compromiso de completar sus horas; este famoso Cirilo después de haber laborado de 3.00 p.m. a 4.00 p.m. me dijo que había completado sus horas,…y nuevamente las voces de Cirilo me volvieron a la escena que se desarrollaba en el campo.

– Es así Inge o no?

– Mira Cirilo laboraste de 11.00 am a 1.00 pm, son 2 horas, ahora laboras de 3.00 pm, entonces deberías laborar hasta las 5.00 pm; que completan las 4 horas que me debes.

– Espere Inge, me deja hablar, dijo.

– Ya habla.

– Laboré dos horas en la mañana, fuimos a almorzar a la 1.00 pm y luego como es costumbre debía volver a mi trabajo a las 2.00 p.m y laborar hasta las 4.00 pm; ¿verdad?

– Cierto.

– Pero no pude venir a laborar a las 2.00 pm., porque estaba en comisión de servicio.

– Oye cual comisión de servicio.

– La comisión de servicio de atender a mi jefe, o sea a Ud. Inge.

– Pero yo no te he pedido dije algo eufórico.

– No, pero ¿quería que le deje solo?, además como Ud. trajo sus cervecitas, su gaseosa y así se nos pasó el tiempo; así que 2 horas de trabajo en la mañana mas 2 horas en la tarde con una hora de comisión son las 4 horas que le debía jefecito, así que no le debo nada, así que si me disculpa, me retiro.

La respuesta de Cirilo me sacó una sonrisa, mientras que perplejo por dicha salida de un hombrecito que veía tranquilo, humilde, callado, pero trabajador, accedí a su retirada, agarró sus cosas, y se retiró callado con la mira tranquila y sereno, mientras dentro de mi decía; ¿Cómo lo hizo?, a mi nadie me pasaba, era recio y recto con los más soberbios, malcriados, refunfuñones maestros de construcción, y este hombrecito que no me lo imaginé nunca, me deja acá perplejo. El tiempo pasó, acabamos la escuela de la mejor manera, inauguramos con bombos y platillos, ha pasado tiempo y aún me queda esa salida de ese hombrecito delgado, bajito pero perspicaz; solo decía dentro de mi; 2 + 2 no siempre es cuatro.

Un Ángel Enamorado – Carlos Enrique.

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