PIEDRITA BLANCA

[ULEMA]

PIEDRITA BLANCA

Por celebrarse el último día del año 2004, mis padres don Aníbal y doña Fanny decidieron, que deberíamos ir de paseo a la playa, tenía apenas 07 años, y gustaba mucho de preguntar, todo lo que despertaba mi interés.
Sentado en las faldas de mi mami, justo en la orilla de la playa del Bendito pregunté ¿Mamá que son las olas? Muy alegre de su respuesta, tocándome los rucos como solía decir por mis cabellos redonditos, respondió. “ El agua del mar, es un rey muy poderoso, que gobierna las tres cuartas partes del globo llamado tierra, este a su vez es un planeta donde vive toda la humanidad.
Mamá ¡y las olas!...
Ah, esas son sus hijos, los Príncipes ondulantes, que juegan avivando al tiempo, y generando oxígeno para la vida, de los animales que están bajo la protección del reino del mar.
¿Y pasean? Claro, que pasean, no ves acaso que pasean por la orilla, compartiendo cada sonrisa con la gente que los visita ¿Por eso visitamos la playa, verdad mamita? Así es hijito.
Ese día todos llegaron muy cansados a casa, nos enjuagamos con agua dulce, después de cenar, se quedaron dormidos.
A eso de las diez de la noche desperté, pues, como siempre yo era el único que regresó dormido de la playa, y de hecho que se me quitó el sueño a esa hora. Así que busqué con quien jugar, llamé a Emha, mi hermana mayor; quien solo roncaba como sapo en la regadera.
En fin, regrese a la cama, y cuando me disponía recostarme un poco, una piedrita blanca se deslizó desde el techo hasta mis blancas sabanas; miré un poco sorprendido, restándole importancia.
Me tapé de pies a cabeza. D e pronto, las sabanas era jaladas desde debajo de la cama, se oía una sonrisa de otro niño ¿ Que pasa? Me pregunté sorprendido, no tenía miedo, me bajé, colocando la mano derecha sobre el suelo, y vi lo que presentía, escondido entre la sombra producida por el colchón de la cama, y el brillo del piso.
Pronto me puse de pié y pregunté ¿Qué haces allí? Vine a buscarle para jugar, y ¿Por qué a mí? Por que sé que estas un poco solo como yo, fuiste quién tiró la piedrita ¡ Claro! Por que solo así, puedo estar seguro de quien desea ser mi amigo; cuando la recogen afirman, y sino; Pues no saben lo que se pierden.
Ande, levántese para jugar ¡Pero no tengo juguetes! No importa eso: Juguemos a los soldados, las escondidas o a las adivinanzas; usted decide.
Esa noche jugamos mucho tiempo, al llegar la madrugada, con el cantar de los gallos, se despidió muy cortés mente, y me rogó, que no dijera algo
sobre nuestra amistad; pues sería tedioso, que otras personas deseen interrumpir nuestra privacidad.
Que feliz me sentía al tener un amigo así, no sabía mas que observar mi piedrita blanca, como leche.
Cuando iba al colegio, todo salía de la mejor manera; si daba examen, solo faltaba que sobara mi tesoro, para que de inmediato se me repita la clase enterita, para mi solito; como si fuera un sueño. Y si los niños mas grandes querían pegarme o quitarme algo, repetía la operación, y pronto aparecían mis padres o tíos a recogerme; esto ya se me estaba haciendo un habito.
Un día menos pensado, mamá me ordenó que arregle la habitación, y que de no hacerlo, me castigaría; además que debería levantarme mas temprano para hacer las tareas. Como jugaba casi toda la noche, me quedé dormido; y a eso de las seis de la mañana, en la puerta alguien tocaba. Era mamá a punto de caerse desmayada; pues ni siquiera había hecho la limpieza.
Saqué de inmediato la mágica piedrita, la sobè para utilizarla; aún lleno de remordimientos, pues era mamá con quien estaba haciendo trampa; si se entera, oh Dios mío que podría pasar. De inmediato, todo se colocó en completa normalidad, mamá entró, muy contenta del deber cumplido por su pequeño, me abrazó y me llenó de besos tiernos; lo que más me llenaba de remordimientos. Finalmente tomándome de la mano, me llevó hasta el comedor para tomar desayuno.
Ese día lo pasé muy inquieto, quería que pase el tiempo mas rápido, deseaba tanto encontrarme con mi buen amigo, y preguntarle ¿Qué pasaría si se usa el poder en contra de un ser querido? Cuando por fin llegó la ansiada entrevista, antes él se me adelantó diciéndome. Si desea saber acerca de la piedrita, no se preocupe mi amigo, reste importancia de lo acontecido con mamá, pues es algo casual; además de que no llegará a mas, si desea no lo vuelva a repetir y ya.
¿Pero como se enteró tan rápido? Es que también tengo mi piedrita.
¡ Claro, no me sorprendería!...No se, quizá debo cancelar el uso de esto, no es posible que deba sobrepasar el amor que me profesas mis familiares, yo también los quiero, no vaya a ser que los lastime sin querer.
No se preocupe, el poder solo esta en su mente, lo que pasa es que usted es un ser especial; puede convertirse en lo que usted desee,

puede hasta volar si es su elección, o simple mente conformarse como un Dios.
O sea, que si quiero, puedo revivir a mis abuelos queridos ¡Claro! Respondió muy seguro de lo que decía. Fue entonces, cuando se apoderó de mis piernas el miedo; cambiaría todo lo vivido, por que esto no haya pasado. Solo salía de mi mente, cambiar al mundo, acabaría con la felicidad de mis seres queridos que viven, y terminaría con la paz de los que ya están muertos.
Esto me llenó de valor para decir, hasta aquí nomás, no seguiré con esta farsa, ya no deseo tener en mi poder la piedrita.
¡No! No te la puedo recibir, pues ya tiene usted, un pacto conmigo, me debes la vida, ya eres mío.
Que pena, yo que pensaba que usted era mi amigo. En eso sobè la piedrita por última vez, le pedí, casi con miedo, que me ofrezca la magia de la amistad, para vencer al mal amigo. Empezamos a luchar, volábamos entre las paredes, con cada golpe que recibíamos; estando ya cansados, uno de los dos tenía que ganar para que se cumpla lo establecido en un pacto que ni siquiera había leído o firmado. Era el vencedor, el aplicaba lo estipulado, o se rompa el hechizo. Pero como llegó pronto la luz del nuevo amanecer, y con ella el canto de los gallos, por lo que tuvo que abandonar la contienda, convirtiéndome en el felizmente ganador de mi libertad.
Desde aquél día, no me molesta más la figura del poder oculto; además, que he buscado como loco por todos lados, la piedrita blanca del poder, que hasta creo que ha hecho su última acción de magia, al desaparecer por si misma. Desde entonces estoy seguro al calor mi hogar, obedeciendo en todo a mamá, hasta me levanto temprano para realizar mis tareas; lo que me colma de felicidad, hasta el punto de unir mas el núcleo de la familia.

[Leandro Mena Roy]

ULEMA, AMIGO UN VERDADERO HONOR Y DELEITE EL HABERME PERDIDO EN ESTA HERMOSA HISTORIA CON TANTO PARA REFLEXIONAR... ES SEGUIR LOS PASOS DEL BIEN Y POR NADA DEL MUNDO DEJARNOS SEGAR POR LAS COSAS MATERIALES Y POR AQUELLAS COSAS QUE PUEDAN ROMPER CON LA TRANQUILIDAD DE NUESTRO HOGAR, DE NUESTRA VIDA Y DE NUESTROS SERES QUERIDOS... MIS RESPETOS AMIGO ANTE LA SABIDURIA DE SUS LETRAS...


UN SALUDO CORDIAL Y DE AMISTAD...


KHAMUS.