"LA SONRISA DE LA MUERTE"

[un angel enamorado]

“LA SONRISA DE LA MUERTE”


Era las 03.00 a.m; el claxon del camión me hizo despertar, luego unos golpes apresurados en la puerta, me sacaron apresurado de mi cuarto; aún somnoliento porque hacía un par de horas que recién me había acostado, y luego unas palabras me sacaron más que apresurado :

– Inge, Inge, ya es tarde, se ha quedado dormido.

– Pucha. Lucho, estuve con unos colegas hasta tarde, de uno de ellos era su cumple y me invitaron unos tées al estilo Abanquino, o sea con mucha caña y bastante cariño.

– Vamos Inge, se nos hace tarde que nos queda un largo viaje.

Subí al camión, iba en la parte delantera y luego de buscar a Patricio, mi tesorero, enrumbamos con una noche llena de estrellas, luego de aprovisionarnos de galletas, gaseosas, pan, fruta para el largísimo viaje nos deparaba; la música no se dejo esperar y un cd mp3 con 220 cumbias rumberas colombianas, esas que son bastantes alegres con el fin de mantener despierto al chofer; ni bien salimos de la ciudad, caí en un profundo sueño, mientras que Patricio, conversaba con el chofer para que este no durmiera, las horas pasaron y luego los rayos luminosos de la salida del sol, me hicieron despertar, justo cuando pasábamos por una de las poblaciones, inmediatamente unas voces me sacaron de mi despertar :

– Inge, buenos días, estaba con sueñito no?

– Hola Patri, la verdad que sí, estos días han sido muy atareados, sabes que la presión cuando estas en un trabajo intelectual y más cuando esta por medio toda la responsabilidad de ella en mis manos de toda la obra, es cansador.

– Lo entiendo Inge, menos mal que yo venía descansado y venía conversando con Lucho.

– Pucha Lucho, ahora viene lo bueno verdad, esta subida interminable y angosta que nos espera. Sabes acelera para que podamos pasarle a esos dos camiones que vienen delante de nosotros porque después no nos darán campo así les toquemos un concierto de claxón.

– Cierto, Inge embalamos y les paso a esos 2 camiones.

La subida del cerro de la población denominada Lambrama, lo hicimos en forma acelerada, muy a pesar que traíamos buena carga por encima de los 7,000 kg, en lo que podíamos citar cemento, yeso, arena y otros materiales para mi obra que ejecutaba en Huayllati, lugar donde realizaba la construcción de un centro educativo inicial y como residente de obra tenía la obligación de hacer las compras, hacer los retiros de dinero y transportarlo, así que viajar era pan del día, cosa que me había habituado; comenzamos la subida del cerro con una velocidad moderada, el motor de camión fuso seminuevo nos ayudaba que imprimiéramos una regular velocidad, más de la acostumbrada, nos apresurábamos para llegar a la cima y seguir por un trecho que dista aproximadamente unos 5 km, donde solo puede circular un vehículo, por cuanto es muy estrecha y al lado hay abismos de gran extensión, lo suficiente como para no dejar heridos en un supuesto accidente, pues todos fallecerían por lo accidentado del relieve; la velocidad del camión nos hizo pasar a todos nuestros supuestos rivales, tan solo uno que no pudimos alcanzarle, pues no llevaba quizás horas de ventaja de la salida de Abancay y el resultado fue que teníamos que seguirle a un paso demasiado lento, el camión que venía delante de nosotros era un volvo azul que con una paciencia agotadora se deslizaba a través de la trocha que transcurríamos y nuevamente las voces de Patricio me sacó de mis pensamientos :

– Inge, es el camión del ejército que está llevando carga para la obra de la carretera de Huayllati.

– Cierto Patri, ese camión debería estar en la chatarrería, mira lo que nos demora, tenemos que estar al paso de tortuga y lo peor de todo que no podemos pasarle, ¿Por donde le pasaríamos?.

– Paciencia, paciencia Inge, dijo Lucho el chofer mientras que una sonrisa dibujaba en su rostro.

La lentitud del carro y el techo que le seguimos, hizo que viera con detalle el rostro de las personas que venían encima de la carga del camión, eran jóvenes, con pinta de albañiles y algunos soldados que hacían la labor de la construcción de la carretera que uniría Huayllati con el río y enlazar con pueblos de la zona y acortar distancias como la nuestra, en un viaje de demora 15 hrs de Abancay a Huayllati en 9 hrs. una inmensidad de ahorro; pero que aún quedaba muchas labores por hacer y justamente para eso transportaban cemento básicamente; lo que me llamó la atención además de ver sus caras de frío por la zona frígida, se dibujada una sonrisa, quizás de las conversaciones que tenían ellos, pero podía captar que algo no iba bien, veía alegría en sus rostros pero no en sus corazones; el rostro de ellos me impacto hasta que una maniobra y el claxon de mi chofer indicaba que el camión que le seguíamos nos daba paso; le pasamos raudamente y avanzamos a toda velocidad, llegamos a las cumbres más altas y aún el camión del ejército seguía abajo; lo particular que es en los viajes que realizo es que me encuentro con paisajes incomparables como la laguna de Liullita y ni corto ni perezoso me puse a tomar fotos que es mi hoby, me encanta tomar fotos de paisajes que gracias a ala ayuda de una buena cámara digital logro dichos objetivos con eficacia y profesionalismo; así fuimos llegando a la capital de la provincia de Grau, Chuquibambilla; una población aproximada de 8,000 habitantes, donde es aproximadamente 1/3 de nuestro recorrido; las casitas multicolores, simples y con tonos particulares de una población sencilla contrarresta con toda la majestuosidad del paisaje andino de la zona; luego de llegar a un paradero de paso, nos dirigimos al lugar donde siempre tomábamos nuestro alimentos; un restaurante con un nombre peculiar “Don Gato”.

– Pucha, Patri, llegamos creo al único restaurante y quieres apostar que el menú es el mismo que desayunamos hace 4 días.

– No quiero apostar Inge, que voy a perder, así que pida de una vez el estofado de pollo que es lo único que hay.

– Mozoo…. Que tiene para desayunar? Pregunte al personal de la cocina.

– Sr. Tenemos solo Pollo en estofado.

Un silencio y luego una sonrisa, dibujo nuestros labios; mientras con ligereza tomábamos nuestro desayuno, luego de salir y tomar fotos de la plaza, la iglesia y de algunas casas de la zona, tomamos rumbo a nuestro destino final, luego de bajar a las riveras del río de Vilcabamba y recorrer por todo sus riveras, el espectáculo era imponente, con unas cumbres elevadas y poblaciones como Curpahuasi, lugares donde años atrás hice otras obras y donde las avecillas tienen multicolores en sus plumajes, tan solo un suspiro me sacó de mis pensamientos y decía como pasa tan rápido el tiempo, las voces del chofer me sacaron de mis pensamientos añejos y :

– Inge, en que piensa, esta muy callado, en otras ocasiones nos cuenta chistes, nos hace reir, pero ahora está callado, no dice ni un pío.

– No se, de veras no se que pasa, pero prefiero estar en silencio.

– Ya pues Inge, así nos va a dar sueño ah!!!

La marcha continuó, llegamos a una población denominada Vilcabamba y comenzamos una ascensión empinada, larga y cansadora; el panorama era el mismo, cumbres, ríos, vegetación y un cielo que esta vez se mostraba algo nublado, las voces de Lucho me despertó de mis pensamientos nuevamente :

– Inge, tenemos mucha suerte, esta nublado y eso facilita que no de sueño, porque cuando subimos con mucho calor como las otras veces, esta subida es tan pesada que siempre me da sueño.

– Me lo vas a decir a mi Lucho, cada vez que subimos esta subida me quedo dormido, pero esta vez no, siento mucha soledad, mira no se que sucede pero no me siento bien, siento la ausencia de algo.

– No será de alguna fans, Inge?

– No te pases Lucho, siento algo raro en todo este paisaje, lo siento desde que subimos este cerro empinado, no hay cánticos de pajarillos, ni de insectos, ni un carro que nos crucemos, ni un alma que pase.

Llegamos a la cima y vimos el poblado de Ayrihuanca, un lugar con una capilla colonial pintoresca y que el Instituto Nacional de Cultura hace la restauración; ahí nos encontramos con el camión de la Municipalidad de Huayllati que por la carga que traía la cual era muy pesada, nos pidió que le ayudáramos a transportar a las mamás de la zona, que días antes habían bajado a la ciudad de Abancay a hacer gestiones; luego de acceder comenzamos la travesía sin darnos cuenta que el camión El Huayllatino que habíamos ayudado, nos perseguía en una carrera y sin mediar nuestro chofer comenzó en una carrera no anunciada; llegamos así de pronto a la población de Curasco y luego comenzamos nuevamente una bajada descomunal para emprender una subida a la zona de Cassanca, lugar donde desapareció entre los cerros el camión El Huayllatino; luego de esperarlos buen tiempo y pensando que se había calentado el motor y esperaría un tiempo para reiniciar su travesía, continuamos con nuestro viaje y así llegamos a un pueblo denominado Progreso, el cual la extracción del oro es su actividad principal; luego de almorzar y hacer tiempo por cuanto esperábamos al Supervisor de la Obra que venía de Cusco, proseguimos el viaje para esperarle en el ramal hasta la llegada del bus que venía; luego de una corta espera el supervisor llegó y como arte de magia de nuevo la cabina del camión que tenía un clima de velorio se convirtió en un loquerío, por cuanto el supervisor tenía una gran chispa para contar chistes, tanta era la risa que alguien nos dijo que no nos riéramos tanto que después haríamos los contrario; llegamos a las 18.00 a Huayllati y una multitud de gente nos esperaba, mucha gente con las lágrimas en los ojos, otros corrieron y nos abrazaron, yo sorprendido al igual que el Supervisor, Patricio y Lucho no salíamos de nuestro asombro, porque la gente estaba llorosa y porque nos abrazaban y decían que menos mal que no éramos nosotros, hasta que en forma fuerte reaccioné .

– ¡Esperen, esperen!, que pasa, me puede decir alguien algo, ¿Qué pasa?

– No se imagina señor Ingeniero, pensábamos que eran Uds, dijo la Sra. Presidenta del comité de la obra.

– Pero explíqueme ¡Qué pasa! Dije ya furioso.

– Ha habido un accidente en la subida a Ayrihuanca, era un camión que venía a Huayllati, trayendo cemento, pensamos que eran Uds. Como también traen cemento; hay 2 muertos y 2 bien graves, eso nos enteramos por medio de la radio de la posta médica; dijo llorosa la Sra. Grimalda.

Un ras se me hizo en todo el cuerpo, mientras que no podía creerlo, pensé en primer lugar que era el camión El Huayllatino, pero este no traía cemento si no tejas, entonces quien sería e inmediatamente dije :

– Pucha, es el camión del ejército, ese camión traía cemento.

– Si, dijo Patricio, fue el camión del ejército.

Instantáneamente mi mente fue a la conversación que el mes pasado tuve con un poblador de la zona en el cual hacía pocos días hubo un accidente en la misma obra de la carretera y a un muchacho le había aplastado la roca; me contaba que después de haber hecho curar la carretera con brujos para que cesaran los accidentes, la tierra les había develado en coca que era la forma de ver la suerte de lo acontecido que tendría que suscitarse más accidentes, pues la tierra estaba indignada por no haber hecho un buen pago a la tierra al inicio de la obra y después recordé las caras de los muchachos que vi en el camión funesto, esa alegría que se convertía en una sonrisa, en una mueca de la muerte; pudo haber sido nuestro caso dije, pudo habernos pasado a nosotros, quizás no fue esa funesta suerte que nos tocara, lamentablemente les tocó a ellos decía dentro de mi, mientras con un nudo en la garganta y con unas ganas terribles de gritar, solo atiné agradecer a Dios por mantenerme vivo; la sonrisa de esos chicos permanecen en mi mente mientras que una mueca siniestra se dibujaba en el aire indicando que la Historia continuaría.

Un Ángel Enamorado – Carlos Enrique.

[LAISHA]

<center> QUIERO DECIRLE QUE LAMENTABLEMENTE ASI SON ESTAS COSAS, PERO DIOS NOS DIJO NO ERA NI TU HORA, NI TU LUGAR, NI TU TIEMPO, NO TE ME ADELANTES A LOS HECHOS, Y ES VERDAD CADA UNO DE NOSOTROS TENEMOS EL DIA, LA HORA Y EL LUGAR PARA IRNOS DE ESTA TIERRA, SIN MAS NI MENOS.
POR ESO SIEMPRE DEBEMOS DAR GRACIASS A DIOS EL NUEVO DIA DE NUESTRAS VIDAS, QUE HOY PODREMOS ESTAR.... MAÑANA NO LO SABEMOS.

MIL FELICIDADES!!


CUIDESE, CON TODO RESPETO

LAISHA<center>

[Doral]

Menos mal que no se trataba de la sonrisa de una mujer... je je je, y que me quedo picada con ganas de seguir leyendo... pero snif snif snif... me quedo con el estofado de ese riquìsimo pollo! jajajjajaa.

Enorme abrazo desde mi corazón.

Doral.

[Cynthia Gallardo]

<center>Querido amigo
Hermoso relato nos regalas donde nos describes paso a paso
el viaje entretenido con un final no muy grato.
Un placer recorrer tus letras y dejarte mi humilde pero sincera huella.
Un saludo afectuoso a la distancia

[Maryana]

<center>Un relato lleno de emociones y vivencias es como si hubiera estado allí me gusto mucho, es para mi un honor haber entrado a tu espacio en está mañana y así poder dejar mi humilde huella y con ella dejar mis respetos, Dios padre te siga llenando de enormes bendiciones y te dejo mis besitos balsámicos

[José_Angel]

Amigo , triste obra y muy real , entrega los rivales que se enfrentan cada dia en su recorrer , donde la muerte se pasea , nos sonrie y se va en su magia apagando los tiempos en cada segundo .

gran obra amigo , reflexión en ella ,

Dios siempre le guarde y guie,

Joba