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* Me inspiré en tu mirada *
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Corona de princesa en la cabeza.
En su cuello, una joya de gran valor.
Y en los ojos ¡Una tristeza infinita!
Que desnuda su corazón.
Estuvo en el escaparate de la vida.
Que la rodeó con su glamour.
Esta niña que jugó a las escondidas.
Con la traición y el amor.
Maestra que amaba a sus alumnos.
Niños como ella que en los cuentos creyó.
Que casándose con un príncipe.
Tocaría el cielo, cumpliendo su ilusión.
Tuvo un séquito para servirla.
Pero un hombre que la respetara le faltó.
Por las noches mojaba con el llanto.
Que ninguna mano tierna secó.
Amanecía como ella misma contara.
Pero le daba lo mismo la oscuridad que el sol.
Los pájaros venían a saludarla.
Pero ella sus ventanas no les abrió.
Sabía que las mariposas danzaban,
Porque de niña muchas veces las vio.
Pero su desayuno eran las últimas noticias,
del país, del mundo y lo que sucedió.
Y esta princesa de Gales
Que nació con un sensible corazón.
El reino Unido en vida le hizo una autopsia.
Se lo extrajeron y lo transplantaron a un robot.
Dejó de ser la jovencita alegre,
El protocolo se lo prohibió.
Y una larga lista de reglamentos.
De memoria se los estudió.
¡Pobrecita Diana! ¡Un maniquí sin alma!
En la bulimia y anorexia calló.
Fue la manifestación para expresar sus sentimientos.
Pero de ello nadie se percató.
Fue mamá de dos hijos preciosos.
Que ocuparon el lugar vacío del cariño que le faltó.
A hurtadillas solo podía prodigarles mimos.
Destruiría la imagen del maldito imperio que la mató.
Hoy el mundo entero no puede olvidar sus ojos.
La princesa que casi nunca sonrió.
Que besaba las manos del ser más sufriente.
Porque se identificaba con su dolor.
Pero hasta con el corazón robotizado.
Antes de morir conoció el verdadero amor.
Solo que por ser este prohibido.
La muerte a los dos los arrastró.
Hoy nos quedan de ellas sus fotos.
Luciendo una corona que nunca deseó.
Porque sabía que le costaría caro.
Pero su inmadurez la traicionó.
Le creyó a un ser despreciable.
Que a sus espaldas escondía una pasión.
Solo que el; la muestra a todo el mundo.
Y ella con su amor hoy la viven junto a Dios.
(Nunca desees los protocolos del mundo, vive y sueña como lo que sos...Liby®)
Libia Beatriz Carciofetti //Argentina
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libycarciofetti@yahoo.com.ar
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