LLegan tres almas a las puertas del cielo y San Pedro les dice:
Nos encontramos en pleno censo y solo podrá entrar hoy uno de ustedes, los demás tendrán que esperar una semana. Quien haya tenido la muerte mas extraña podrá entrar.
Uno de ellos dice: Llegué a mi casa en el tercer piso de un edificio y encontré a mi esposa totalmente desnuda en el suelo y me dijo que le gustaba practicar yoga sin ropa. No le creí y busqué al hombre con quien me engañaba. Repentinamente escuché un ruido en una ventana y al abrirla, ví a un hombre sujetándose al marco de la ventana. Corrí por un bat de beisbol y le dí con el en la cabeza. Cayó pero noté que no estaba muerto. Fuí por un refrigerador descompuesto que tenía y se lo arrojé pero la manija se atoró en mi saco y caí con el refrigerador y me maté.
El segundo dijo: Yo era un lavador de ventanas y la cuerda con la que me sostenía se rompió, pero logré agarrarme del marco de una ventana y cuando estaba pidiendo ayuda, salió un hombre con un bat y me dió en la cabeza y caí, como no me maté me tiro un refrigerador, que fué lo que me mató.
El tercero dice: Yo estaba escondido en un refrigerador descompuesto cuando noté primero que lo movian y despues que caía y despues ya no supe mas.
A quien habrá dejado entrar San Pedro.
Muertes inesperadas
- GUILLERMO
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Muertes inesperadas
DEJARE DE AMAR, CUANDO UN PINTOR PUEDA PINTAR EL SONIDO DE UNA LAGRIMA AL BROTAR
- francessca
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