
Buscando a Laura... </center>
... Mis Dioses habían quedado sin respuestas, es que aquí, en el fin del mundo, ellos no sabían de ti, salvo una fugaz brisa de tu perfume que había quedado por tu paso un tiempo atrás...
Enojado, tomé mi máquina voladora y salí a enfrentarlos mientras aquel nimbus amenazaba destruir las plantaciones de los viñedos en San Rafael, puse proa a Chos Malal y en un planeo interminable solo pensaba en encontrarte; tomé la onda y empecé a subir... subir... subir..., abajo, solo los cúmulos, blancos como copos de algodones iban cercando cada vez más el paisaje precordillerano, tuve miedo, mucho miedo, viré a babor y a estribor y más formaciones me fueron rodeando que primero en mamatus, luego en tormentus hasta que finalmente los yunques se veían por doquier, hago el ultimo viraje de 180 grados tratando de llegar al único agujero que se ve hacia San Luis, los rayos de la tormenta iluminaban el oscuro cielo que ya estaba embravecido y sin ánimo de vuelta atrás, estaba empapado en transpiración, esta vez mi desafío había llegado demasiado lejos, sin embargo, no me arrepentía porque sentía que valía la pena cualquier sacrificio para poder dar contigo.
Hasta que ocurrió lo que debía ocurrir, el agujero finalmente se cerró y no pude atravesar aquella capa de nubes, las torres de los Cúmulus-nimbus ya me habían rodeado completamente, tiro la palanca hacia atrás hasta entrar en pérdida y aplico a fondo el pedal izquierdo para entrar en un tirabuzón que me saque de esta situación, una vuelta, dos... cuatro... ocho, las agujas del altímetro se mueven a gran velocidad, la del variómetro está clavada a tope en el negativo, pierdo la noción del espacio-ubicación porque solo me rodean nubes, abajo, arriba a los costados todo es blanco, los oídos empiezan nuevamente a jugarme una mala pasada y recuerdo aquellos pioneros que dejaron su vida en pos de la seguridad... ¿Qué necesidad tengo yo de estar reinventando lo ya inventado? El indicador de giros y ladeos no me funciona y solo podría valerme del compás que gira y gira sin parar.... de pronto el planeador se estabiliza y comienzo a ver el horizonte, hago algunos ajustes y nivelo mi máquina, sin embargo, las campanas de las bases de los nimbus están en todos lados, tiro toda la palanca adelante, 150... 180... 240 km/h con la intención de perder la mayor cantidad de altura posible y el planeador sigue subiendo.... 270... 290 km/h y el variómetro me indica +3 , ya estoy superando en 40 km la velocidad máxima y si le sigo bajando la nariz puede que la estructura no lo resista y estallen los largueros de mis alas, el chiflido del aire me aturde y la cola comienza a temblar, me afirmo a la palanca y bajo aún más la nariz, sin embargo el planeador no baja, tiro la palanca hacia atrás con la intención de hacer otro tirabuzón, el variómetro se clava a tope máximo pero el planeador no entra en pérdida, la palanca pega contra mi panza y tengo todo el pedal a fondo, la proa se mueve hacia los lados y el planeador sigue subiendo absorbido por la fuerza de la nube, incluso, de cola... solo puedo llorar, ya los mandos no me responden y el altímetro decididamente sigue marcando 250 metros más de altura cada 8 segundos, la máquina se sacude para todos lados, 3000 metros... 3500 metros... no tengo equipo de oxígeno y sigo subiendo... 4000 metros... 4500 metros... se sacude hacia un lado y el otro, comienzo a adormecerme... 5000 metros.... se nubla mi vista... 6000 metros... mis manos empiezan a ponerse azules... 7000 metros todo empieza a pasar lentamente.... los ruidos empiezan a irse de a poco.... 8000 metros, me cuesta muchísimo respirar, me ahogo..... 9000 metros, ya no hay ruidos... tengo sueño... tengo mucho frío...
- Dani, que estás haciendo acá?
- Hola Juan, como te extrañamos
- Te dije millones de veces que no te acerques a los nimbus
- Juan, porque nos dejaste?
- Porque era mi tiempo, porque era mi momento
- El club nunca volvió a ser lo mismo sin vos, se nota tu ausencia, eras todo para nosotros
- Yo les enseñé a valerse por ustedes mismos, les puse alas para que las usaran y solos
- pero ya ves Juan, que siempre necesitamos de tu ayuda, y siempre vamos a necesitar de vos
- Te sacaré de esta, pero sabés que la próxima no te saco
- Juan, guiame en mi camino, estoy sin rumbo...
- A donde querés llegar Dani?
- Quiero encontrar a Laura
- Es una locura
- Cuando hicimos aquel trescientos, también era una locura... sin embargo lo hicimos
- Pero hay que tener límites
- Vos no los tuviste con el vuelo Juan, yo pretendo no tenerlos con la vida
- Tenés que aprender de mis errores
- Vos nos enseñaste no solo a volar, nos enseñaste a soñar con lo imposible y vos no cometiste errores Juan, vos quisiste hacer el planeo más largo de tu vida y lo hiciste, y nos volviste a ganar
- Te saco de esta, pero no sigas haciendo estupideces
Abro los ojos y ya no tengo frío, el altímetro me indica 14.000 metros de altura, y a pesar de no contar con equipo de oxígeno, puedo respirar, Juan, una vez más, me sacó las papas del fuego, un arco iris me indica el camino y pongo proa al norte...
Llego a la Ciudad de Tenotchitlán, a hablar con tus Dioses, ya que los míos poco sabían de ti, en mi planeo veo la Ciudad rodeada de volcanes y ya en horas del atardecer diviso la silueta de la mujer dormida.... y me trae tu recuerdo
Aterrizo y camino en la Ciudad, te busco casa por casa, camino por el zócalo, lo único que conozco de vos es tu foto y tu alma de princesa que me lleva a Chapultepec, sin embargo no estás ahí. Sigo camino a Coyoacán y me siento en las bancas a esperarte, porque te soñé disfrutando unas nieves allí, pero como no estabas –y conociendo tus inclinaciones por la pintura- entro en la casa azul a pedirle y luego suplicarle a las almas de Frida y Diego que me guíen a tu encuentro. Se miran y me miran y solo preguntan ¿porque tendríamos que guiarte? – Porque mi amor por Laura es más grande que el amor de ustedes! -¿Cómo te atreves a decirnos eso?! Me atrevo porque se lo que dice mi corazón y me atrevo porque a nada le temo, salvo el no encontrarla.
Diego estaba enfadado, sin embargo Frida –sonriendo- levantó su dedo índice y apuntó al norte: ve allí, a las aguas del pacífico, tal vez tengas suerte...
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Daniel
23-08-05
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¿porque dedicado a Laura Yaneli?
Porque Laura despertó en mi muchas sensaciones, porque Laura se comportó conmigo como una persona sumamente respetuosa, una Dama que no se tomó a mal aquel atrevimiento que tuve –debido a una explosión de sentimientos incontrolable- llamado “un desliz”, porque siempre mantuvo su forma, porque me permite volar con mi imaginación y no censura mis sueños, porque no me dice nada, -ni me incentiva, ni me frena- sin embargo –dentro de mi infantil imaginación- me está diciendo todo, porque la aprecio mucho y deseo lo mejor para ella, porque me hago cargo yo solito de todo esto sin involucrar los sentimientos de ella en nada –salvo como una mera lectora- y porque no se, pero tengo la sensación que es una persona sensacional.
Ahora para vos Laura:
“despertaste muchas sensaciones en mí, lo mínimo que podía hacer es escribir algo, y no fue un esfuerzo, solo llegué a casa, prendí la notebook y las letras salieron de mis dedos, sin pasar por mi mente: pecho, dedos, pc, shoshan... ese fue el recorrido, quizá esta es mi forma de agradecerte, mis días hoy tienen soles, tienen colores, y aunque esta sea una loca ilusión, bien vale la pena vivirla, como loca, como ilusión, como un sueño que aún no resigno a dejar pasar y quiero que día a día me despierte por las mañanas con una vibración en mi pecho, con sonidos, con aromes, con colores...”
Laura: Voy a luchar por conquistarte. Me gustás, me encantás. Estás tan lejos, estás tan virtual que lo que a mi me sucede podría catalogarse de locura, sin embargo me hace bien el solo pensarte, yo estoy aquí, las 2 de la mañana, en donde el mapa del mundo se termina y con lluvia que se ve por el balcón, y vos estás allá, tal vez con un día caluroso, aún no entrada la madrugada, no se que estarás haciendo, pero es tan grandioso lo que por vos siento, que respeto lo que hagas, no se si me entendés, pero lo respeto, lo acepto, lo entiendo desde lo más profundo de mi corazón.
Te mando un beso gigante, me enloquecés y pienso en vos muchísimo ¡Tengo unas ganas de darte un beso!, si vos pensaras en mí solo el 10 % de lo que yo lo hago en vos, podría llamarme el hombre más dichoso de la tierra.
Gracias por permitirme soñar.
Daniel