Mensaje
por Paola_SD » 21 Jun 2004, 10:38
Cibersexo: Fuego en la red
Por Ana Campoy y Jéssica Castañeda
Seguramente ha escuchado hablar de historias de amor que tienen su origen en la Internet, pero lo que empieza aparentemente como un juego sin importancia, puede convertirse en una peligrosa adicción que, como cualquier otra, requiere atención especializada.
-El cibersexo es una fantasía sexual a través de realidades virtuales que la tecnología nos permite, de la que se deriva la socialización de la diversidad sexual-, afirma Juan Carlos Hernández, sexólogo y psicólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Si bien el sexo virtual jamás podrá reproducir las sensaciones de una verdadera experiencia sexual, provee algo que quizá sea difícil alcanzar en una relación de carne y hueso: desinhibirse completamente.
-Un un contacto humano hay represión por el respeto que se da entre dos personas; en la Internet no existe ese contacto-, señala Oscar Mascareñas, psiquiatra y psicoanalista, -La mente se siente más libre, no reprime tanto, se expresa más.-
Pero una ciberrelación quizá no acabe en el deleite parcial. Lo que comienza como algo intrascendente puede desplazar al resto de las actividades diarias, ésas sí trascendentes.
ARMA DE DOS FILOS
Como cualquier sustancia que causa adicción, las relaciones sexuales a través de la Internet deben ser manejadas con cuidado.
-Si tiene una personalidad más o menos madura, la va a enriquecer porque a través de la Internet podemos expresarnos más, y si somos retroalimentados por otras personas nos hace crecer emocionalmente-, asevera Mascareñas.
También ofrece una alternativa para aquellos que están condenados a la abstinencia.
-Para quien no tenga la posibilidad de tener una relación erótica personal puede ser una opción, como los discapacitados o enfermos-, dice Josefina Leroux, psicóloga y sexóloga.
No obstante, en manos de navegantes inmaduros psicológicamente, con dificultades para comunicarse o entablar relaciones interpersonales, la Internet puede volverse peligrosa.
-Se podría convertir en la salida fácil a problemas sexuales de la pareja-, advierte Leroux.
Los padres de los adolescentes tempranos también tienen motivos para preocuparse, ya que el uso sin supervisión de la Internet puede exponer a sus hijos a situaciones poco aptas para su edad, indica Mascareñas.
En ambos casos, la costumbre del cibersexo podría transformarse en una enfermedad.
-Del jueguito puede pasar a ser una patología obsesiva, una compulsión de tener que estar haciéndolo para sentirme bien... y es una adicción-, explica la psicóloga.
El resultado final sería la pérdida del contacto social necesario para la vida.
Con una gran diferencia en costo, durante la década pasada, y actualmente en menor grado, las llamadas -hot lines-, o líneas calientes, crearon también su adicción aun cuando no aseguraban el total anonimato como la Red.
Aunque las altas tarifas que se cobraban por minuto en el que una telefonista satisfacía las fantasías eróticas de su telecliente, no impedían a las personas marcar esos números 01-900; las conversaciones, por medio de la voz, implicaban cierto grado de capacidad de reacción, que en línea ni siquiera es necesaria.
-CIBERSEXO-, ¿PECADO?
Aunque el sexo virtual no se lleve a cabo en la realidad, no es visto con buenos ojos por la Iglesia católica.
-Es una falta moral porque el sexo fue creado para otra cosa-, asevera el Padre Luis Eduardo Villarreal, -el sexo debe ser expresión de amor-.
Aquellos que tienen relaciones sexuales vía Internet y están comprometidos emocionalmente con otra persona incurren en otro pecado: la infidelidad.
-No es la misma gravedad que una persona chatee a escondidas de su pareja, a que busque a alguien físicamente, pero ambas son faltas a la fidelidad y a la verdad-, añade.
Para salir de una adicción al -cibersexo-, primero se debe detectar el problema; luego, sostener reuniones con otras personas con el mismo problema bajo la coordinación de un especialista es una buena medida para acabar con él. Incluso puede ser a través de la Internet.
Y para evitar recaídas, lo ideal sería contar con una persona para compartir todo lo que se trae adentro, subraya Mascareñas, psicólogo y analista de grupos.
Definición
CIBERSEXO: Autosatisfacción sexual a través del intercambio electrónico de mensajes eróticos y/o pornográficos.
Adicción a la vista
¿Cómo reconocer el abuso del cibersexo? Muchas veces, el adicto: Cambia su patrón de sueño: La actividad en los sites para encuentros en línea típicamente aumenta en la madrugada, y los compulsivos del cibersexo a menudo se mantienen despiertos cada vez más tarde para poder participar.
Exige privacidad: Un adicto al sexo en línea podrá llevar la computadora a un área o cuarto aislado donde se pueda cerrar la puerta con llave, y tal vez reaccione molesto o a la defensiva si se le interrumpe mientras está en línea.
Ignora otras responsabilidades: El adicto podrá pasar cada vez más horas -en la oficina- a costa de tiempo con la familia u obsesionarse tanto con el sexo en línea, que ignora las tareas ordinarias.
Miente: Un adicto podrá ocultar recibos de tarjetas de crédito por servicios en línea y mentir acerca de la razón por su uso extensivo de Internet.
Muestra cambios de personalidad: -A menudo, una persona se siente sorprendida y confusa acerca de cuánto han cambiado el humor y la conducta de su pareja desde que la Internet la absorbió-, escribió la Dra. Kimberly S. Young, autora del libro -Caught in the net- (Atrapado en la Red), publicado en 1998. -Una esposa otrora cálida y sensible se vuelve fría e introvertida. Un marido anteriormente jovial se vuelve reservado y preocupado-.
Pierde interés en las relaciones sexuales con su pareja: A muchas adictos al cibersexo les queda poco o nulo interés en o energía para las actividades sexuales más normales. La pareja muchas veces se siente desconcertada por el cese de su vida sexual y, si está enterada de la actividad en línea, podrá abandonar la esperanza de competir con imágenes computarizadas idealizadas.
Muestra menos interés en la familia: La gente posee una cantidad limitada de tiempo y energía; si gran parte es dedicada al sexo en línea, queda poca para los rituales y las excursiones familiares o para forjar la intimidad. Los expertos aseguran que la mayoría de los adictos al cibersexo necesita ayuda profesional; igualmente, consideran que sus parejas también la requieren. Y el tratamiento es mucho más lento que para otras adicciones.