Una noche normal como todas, estrellas en el cielo y alguna nube por compañia rutinaria.
A orillas del mar, acostada boca arriba sobre la arena, aún templada tras la anochecida, esa mirada perdida entre las estrellas mientras en la mente maquinando cosas que... todos sabemos y no sabemos...
Se acerca una sombra típica que se asienta al lado, observa fijamente tratando de averiguar qué ocurre, y llega la más que previsible y odiosa pero inevitable pregunta:
¿Estás bien?
Si...
Dos segundos que dan tiempo para averiguar a la perfección la siguiente pregunta más cansina desde que existe las rarezas en una persona:
¿Qué te ocurre?
Ahora es cuando uno recuerda la de veces que quiso hablar de lo que le ha ocurrido, las veces que has escuchado los mismos consejos, las mismas palabras y la misma sensación. Ocurre que no recuerdas el momento exacto en que empezaste a cansarte de a cuántas personas les oyes la misma pregunta, y terminas contando tu problema mas de 10 veces hasta que pierde su propio sentido como "problema".
Inevitablemente vas cerrando las puertas cuando te encuentras mal para no oir lo que no quieres, para no agobiar a tus mas cercanos y repitan en sus cabecitas "está otra vez igual", por lo tanto, terminas callando, al fin y al cabo es lo mejor para tod@s...
Sin embargo, para colmo recuerdas el porqué estás tan callada, tan distante, y te invade el dolor en el estómago el cual evitas enseguida. No siendo suficiente, dependiendo del problema, a tu cabecita vienen flashes de todas las piedras en las que te has visto tropezar, y te sientes caer cada vez más...
A tu lado se sigue encontrando esa persona que espera tu respuesta, que le cuentes lo que te ocurre para ayudarte, que te desahogues y cierres esa etapa para siempre... Pero tu, por su bien, callas, aunque lo habias decidido en cuanto abriste los ojos cuando contabas un problema que claramente en las palabras no estaba el antídoto a tu dolor...
Y volviendo a la realidad, con el malestar interior, respiro profundamente y suelto la respuesta que se convierte en tu aliada y la de tod@s:
-Nada... ¿por qué?
Porque hay momentos en los que el silencio es perfecto...
- DoKiHnA
- Novato
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Porque hay momentos en los que el silencio es perfecto...
- Todo viene y va como la dulce melodía de un ruiseñor
al que no oirás más, de camino a un nuevo cantar,
de paradas con bancos a recordar y olvidar,
pero con el dolor de tus pasos de tanto andar...
- jasz
- Forista Ilustre
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