La lluvia resbalaba por tu rostro
mientras yo te contemplaba,
y con mis manos
esas gotas yo secaba.
Nuestros cuerpos empapados
se fundían en un solo ser,
y así, permanecimos amándonos hasta el amanecer.
Luego, tu dormías profundamente
y yo tu rostro contemplaba,
jamás vi tanta felicidad,
jamás vi tanta paz.
Y al notar la brisa de la mañana,
con pétalos de rosa
cubrí tu cuerpo desnudo
para que no sintieras frío.
Luego al despertar,
nos volvimos a amar,
intensamente, plenamente
nos amamos sin cesar.
Y con cada beso, cada caricia,
nuestros cuerpos hablaban,
Se decían palabras de amor,
se juraban amor eterno.
Hoy en mis sueños,
te he vuelto a amar,
con la esperanza de que un día
no te tenga que soñar,
si no que simplemente yo te pueda amar.
4/06
Andurina
BRISITA 
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