Mensaje
por Lisbel » 07 Ene 2007, 09:37
Es díficil describir en palabras lo que nos brota del corazón..es mejor sentirlas..El temor, el miedo, y en muchos casos el pavor a el abandono influyen a que alguien nos deje. Personas, todas ellas, que han elegido ser detenidas, no tenidas. Personas que han olvidado quiénes son en verdad, y juzgan su propio valor en virtud de lo que alguien les confiere al procurarlas. Así, cuando alguien les deja de procurar, de proteger, de amparar, es decir, cuando alguien les abandona, sienten que no valen nada y ese juicio de valor lo extienden a la vida entera, creyendo que la vida misma no vale nada, otra forma donde queda demostrado que uno ve afuera tan solo lo que lleva dentro. De esa manera crean su infierno aquí en la Tierra todas aquellas personas que no saben quiénes son en realidad.Si quieres vivir el tremendo gozo de tener a alguien en tu vida, libérate por decisión propia de la manía de poseer, de retener, de detener a otra persona en su lógico crecimiento y avance por la vida. Se puede tener todo, sin detenerlo, sin poseerlo. Te garantizo por experiencia propia que sólo así gozarás la vida de relación, solo así no hay miedo a peder nada porque no detengo a nadie, solo así no hay pavor al abandono porque yo ya me sé completo en mi individualidad y de esa manera solo queda la opción de gozar la compañía, no de padecerla ante la posibilidad de perderla todo el tiempo que está junto a mí. He aprendido que tengo y gozo cuando no poseo a una persona amada. He aprendido que detengo y sufro cuando retengo a un prisionero y vivo en la ansiedad de que se me escape.Todos estamos ¡de paso! en esta vida, todos estamos de viaje. Y se trata de gozar el viaje, de ¡tener! tantas oportunidades de apreciar y contemplar a alguien a nuestro lado, para así comprender que es imposible ¡detener! nada ni nadie conmigo porque pronto me iré de aquí. Es imposible detener porque algún día me iré. Detener y poseer es una obsesión del ego quien domina nuestras vidas en estados muy primitivos de conciencia. Pero cuando elegimos evolucionar con conciencia, tengo la oportunidad de contemplar y convivir con un ser amado. Así vale tanto la pena el viaje.
