Apuntes de Navegación

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Cumulus Tormentus
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Apuntes de Navegación

Mensaje por Cumulus Tormentus » 22 Mar 2007, 17:26

<center>Apuntes de Navegación </center>

Casi un año ya había pasado desde aquel abril cuando mis sueños a flor de piel le daban lugar a comenzar un nuevo aprendizaje de vida, esta vez bajando del cielo para posarme en el agua, y no solo tomaba el curso de timonel para aprender a navegar, también quería entender desde la vivencia que es lo que mueve a tanta gente a sentir esta pasión por el agua… tienen que haber sueños escondidos y quiero descubrirlos todos…

Desde el primer día de curso, soñaba con una vez recibido poder realizar un viaje y poder llegar un poco más allá de donde mis ojos podían ver desde la costa, quería ver como se ven los paisajes desde el agua y que se siente al avistar tierra y entrar a un puerto desconocido.

Bitácora Nº 1

El estar habilitado en esta primera etapa a solo poder recorrer el Río de la Plata interior no sería un impedimento para igualmente hacerlo sintiéndome que estaba descubriendo tierras desconocidas y si bien el H-20 no es un viejo barco pirata, la confianza que Claudia ponía sobre mí me hacían sentir el más bravo de los capitanes del siglo XVI, escondido detrás de alguna isla del caribe a la espera que las naves españolas zarparan de Cartagena cargadas con su oro para poder asaltarlas.

Así las cosas, llega el día 13 de enero y nos ponemos a preparar las cosas para nuestro viaje de 5 días que comenzaría al día siguiente.
Cajas Con ropa, galletitas, latas de conserva, sopas deshidratadas, aceite, bidones de agua, vino, garrafitas de camping, cañas de pescar, e infinidad de cosas dignas de un viaje de tres meses.

Día 14 de Enero

Es de mañana, llegamos al puerto de Olivos y comenzamos a bajar todas las cajas del auto para llevarlas al ¡Flecha II!. Todos los que veían la cantidad de cosas que llevábamos no podían disimular su asombro y coincidían en preguntarnos ¿por cuantos meses se van?
Tardamos cerca de 1 hora en cargar todo en el barco (y contando con la ayuda de uno de los marineros del Club)… eran ya cerca de las 12:30 hs cuando zarpamos.

El flecha II estaba limpísimo y bastante sequito. Si bien no contábamos con motor al menos había conseguido un handy VHF (de muy poco alcance) pero era algo más que nada.
La idea era ir para el lado de Quilmes y hacer noche en el río. A la mañana siguiente poner proa a la Isla Martín García y bajar para recorrerla y probar ese rico pan que comentan por Buenos aires que allí se fabrica.. Para los siguientes días aún no teníamos planificado qie haríamos. Estaba claro que en esta primer oportunidad nos manejaríamos siempre dentro de los limites de Argentina, motivo por el cual no era necesario la confección de roles y el debido despacho en la Prefectura.

A sólo media hora de haber zarpado y estando apenas en las mismas puertas del puerto de Olivos recibimos un llamado telefónico de Silvina preguntando por donde andábamos y ante no solo su sorpresa de enterarse que estábamos cerca, sino también el saber que ella y Adrián estaban prontos a salir con un H 19, decidimos encontrarnos y navegar juntos rumbo a San Isidro. Luego de una navegación de aproximadamente 1:30 hs y apretando mis dientes por no poder sobrepasarlos, fondeamos juntos y compartimos una picadita con vino en el copkit del H 20. Llegado el horario en que ellos debían regresar, levantamos los fondeos, nos despedimos y ambos ponemos rumbo Sur. Navegamos juntos hasta Olivos, allí nos separamos y el atardecer, Claudia y yo solos en el H20 y la proa puesta a El Marciano me hacía sentir que en ese momento estaba cortando el cordón umbilical que me unía al Club, con todo lo que ello representa (fundamentalmente es saber que ya no estaría un instructor a mi lado o algún timonel de mayor experiencia, para corregir los errores, para dar un consejo o para decirme ¡te conviene por allí!).

Creo que hay momentos que marcan esos cambios, ese pasito que uno puede dar para ir un poco más allá. Ese día, en ese momento y ese lugar sentí exactamente eso, que estaba cortando el cordón. Se que jamás me olvidaré de eso, de la misma forma en que no olvido cuando –hace ya mas de 20 años- hice mi primer vuelo de travesía y estando con el Sky 34 ya sin el club a la vista y sin la altura suficiente para poder regresar, no me quedó otra alternativa que seguir adelante, hacia lugares por mi desconocidos, tratando de aplicar los conocimientos adquiridos y llegar a mi destino, recuerdo aún esa ultima térmica sobre la estancia ¡la Primavera! mientras viraba mire hacia el Club y ya no lo ví, una mezcla de emoción y temor me invadió, un chucho de frío que me hacía saber que el cordón ya estaba cortado…

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Luego de cruzar el canal Mitre con Rumbo al naufragio Di Tomasso y caer definitivamente el Sol decidimos fondear y hacer noche en el lugar. Estábamos relativamente cerca de nuestra zona conocida, pero eso no nos impedía gozar de ser los protagonistas de un sueño tan deseado. Arriamos las velas y echamos fondeo, marco en el GPS la posición del lugar para poder comprobar al otro día si habíamos garreado mucho, poco o nada. La noche estaba preciosa, el cielo repleto de estrellas nos invitó a tener una cena como nunca en el copkit, picadita con vino tinto, charlas, vino, charlas un poco más delirantes, más vino y mas delirio. En medio del silencio siento una extraña vibración en la botavara, le hago señas a Claudia para que pueda escucharla y las escucha, me pregunta que es, miramos a nuestro alrededor y no se ve absolutamente nada excepto las luces de las boyas que extrañamente a lo aprendido en las clases teóricas dan la sensación que todas destellan al mismo ritmo. Abrimos la carta y tratamos de ver –linterna en mano- que cantidad de destellos tiene tal o cual, miramos fuera, y no somos capaces de distinguirlas…
La vibración en la botavara sigue sonando y decidimos ahogarla con otro vaso de Valmont. El queso cambembert, el roquefort, salamín, jamón crudo y pan hacen más mágica la noche. Comenzamos a sacar conclusiones a cerca de que es lo que origina esa vibración y por unanimidad decretamos que se trata de un submarino japonés que está abajo nuestro… de pronto vuelve, de pronto se va… ¿Qué querrán estos japoneses?
Mientras tratamos de identificar estrellas sin grandes resultados el sueño de a poco comienza a ganar terreno hasta que entramos y nos vamos a la cama de proa a intentar dormir. Nunca habíamos dormido dentro de un velero y el constante movimiento nos llamaba la atención, a tal punto que comenzamos a reírnos si poder parar… hasta que el sueño nos hizo callar.

Día 15 de Enero.

Nos despertamos, abrimos la tapa del tambucho y salimos a cubierta por la proa. El día estaba muy lindo, nos preparamos para desayunar y luego de eso miramos la carta para trazar la derrota a Martín García. El canal Buenos Aires por momentos es muy estrecho y a los lados del mismo, escasísima la profundidad con algunos lugares donde según la carta no tienen más de 40 centímetros.
Yo había marcado en el GPS tres o cuatro puntos en el centro del canal, uno en el extremo sur, otros dos por el medio y el último frente al muelle de entrada
Como el viento se había incrementado un poco ponemos vela chica en proa, izamos ambas y ponemos rumbo al naufragio Di Tomasso nuevamente. Luego de un tiempo de navegación y traicionado por la ansiedad decido equivocadamente no poner como siguiente rumbo el punto inicial del Canal Buenos Aires sino un Way Point del centro del canal, pero un poco más al norte, como ¡para cortar camino!. Pasaron algunas horas más y si bien chequeábamos frecuentemente la carta de navegación eso no alcanzó para sentir un toquecito en el quillote.. ¿Sentiste eso? (le pregunto a Claudia) pero antes que ella respondiera se siente otro y otro. La verdad que me preocupé y demasiado, estábamos algo así como en el medio de la nada y una varadura allí no me entusiasmaba demasiado, viro inmediatamente a estribor y le pido a Claudia Verifique la carta de navegación (Habíamos tomado por costumbre ir marcando en la misma los lugares por donde nos encontrábamos) y que me diga hacia donde marca la mayor profundidad.. El barco toca nuevamente y se detiene. Recién habíamos terminado de virar, y la falta de estropada nos daban los ingredientes necesarios para detenernos. Verificamos nuevamente lugares más profundos marcados, estaban hacia el Sur, un cabito en la caña de timón para mantenerlo derecho y ambos agarrados de los obenques para lograr escorar nos ayudaron a salir de esa situación y comenzar a navegar nuevamente. Nos miramos y aún yo asustado le dije: Nos vamos rumbo sur y mañana vemos.

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Al saber que ya estábamos fuera de peligro nos sirvió para relajarnos un poco más y poder picar algo. Tanto a la mañana como a la tarde la leche con nesquick era obligatoria. EL gin tonic se reservaba para las 11:30 hs y 20:00 hs. y el mate… no tuvo mucho éxito por varios motivos: a) Arrancamos mal porque me había olvidado la bombilla, no obstante el muchacho del ¡Madreselva! amablemente nos prestó una. B) El mate en si estaba rajado y perdía un poco. C) No logré hacer que Claudia se convierta en una tomadora de mate. Con la tripulación totalmente insubordinada no hubo muchas opciones. > Mate no.

Seguimos navegando y de a poco el viento se empezaba a incrementar.. un poco más, y un poco más. Volvimos a cambiar vela de proa y pusimos un tormentín a la vez que tomábamos manos de rizo en la mayor. Me llamó la atención con la facilidad con la que Claudia se mueve sobre la cubierta del velero, como si hubiese nacido arriba de uno, al punto tal que mas de una vez la obligaba a que se agarrara bien por miedo a que se cayera al agua… y a pesar de su rebeldía y dureza craneal le ponía un cabito con un as de guía en el tobillo por si las moscas…

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Y el viento seguía incrementándose sin ánimos de bajar su intensidad. Mi casi nula experiencia en navegación, sumado al cansancio y la proximidad de la noche me pintaban un panorama no muy alentador… y el viento seguía incrementándose ahora acompañado por olas que ya no eran tan graciosas ni vistosas.
Le pido a Claudia verificar carta, le paso las coordenadas del GPS para ubicarnos en ella y estábamos lejos de todo, incluso (por suerte) lejos del fondo ya que nos encontrábamos en una zona bastante segura si a profundidad se refiere. El viento y las olas ya no me gustan en absoluto, y decido arriar las velas. El velero comenzaba a moverse como un sonajero, las primeras luces de la costa uruguaya comenzaban a encenderse y algunas boyas hacían lo mismo. Mi preocupación era cada vez mayor. Agachado, voy hasta la proa para tirar en esta oportunidad dos fondeos, la proa subía y bajaba como nunca me pasó, miro a mi alrededor, es de noche, esto está feo y se mueve demasiado… ¿¿Quién carajo me mandó meterme en este kilombo?
Claudia, más allá del bien y del mal, y tal vez asombrada por mi cara solo me mira… yo le comento que esto no me gusta y lo único que pretendía en ese momento es poder tener suma claridad de pensamientos para no hacer macanas… estaba asustado, bastante asustado.
En el copkit era imposible estar sin agarrase de algo, el barco se movía y mucho, y por fin vino la claridad de pensamiento… ¡Esto es una boyita, no puede hundirse jamás, tengo las velas guardadas dentro del velero, tengo profundidad, estoy lejos de la costa y tengo dos fondeos para evitar garrear!.
Desde la razón estaba todo perfecto, desde el corazón creo que si en ese momento no se me salió, no se me sale más.
Es muy difícil precisar sin error la verdadera magnitud de las cosas cuando uno está atemorizado y a veces tengo miedo de estar pecando en exceso cuando recuerdo esas olas y ese viento, pero se veía feo, bastante feo.
Entramos al velero y era imposible mantenerse sentado en el sin marearse. La única posición que yo encontré como para mas o menos poder sobrellevarlo era acostado y boca arriba. Por supuesto que las olas hacían que ambos rodáramos para estribor y luego para babor.. eran apenas las 19:30 horas.. ¿Cuánto faltará para que esto pase?
Apenas dormitando cuando el cansancio me vencía y tratando de parar las orejas ante tantos extraños ruidos fue pasando la noche, siempre rodando de babor a estribor, en una extraña sensación de regresión a cuando uno es bebé y lo acunan sus hermanos mayores celosos ¡con tanta energía que si no interviene mamá uno puede salir disparado por los aires!! Lamentablemente mi mamá no estaba para salvarme, y no se porque en lugar de pensar en mamá pensaba en aquellos que nos enseñaron a navegar…. ¿Por qué no estaban ahí y en ese momento?... el sueño me venció…
Abro los ojos y aún seguíamos sacudiéndonos de un lado a otro, saco la cabeza afuera y el día está horrible.. ¡¡Pero al menos es de día!!!

Día 16 de enero

Salimos al copkit, aún se mueve todo, pero menos, bastante menos. Hay viento frío y el día un poco nublado. Es temprano aún, las 7 / 7:30 hs… pensar que estuvimos 12 horas dentro de la coctelera!
Desayunamos livianito, verifico no haber garreado según la marcación del fondeo de la noche anterior y hacemos los preparativos para seguir nuestro rumbo… ¿Nuestro rumbo?
Debatimos un poco y le comento a Claudia que con el día como estaba no quería ir para Martín García porque me daba un poco de temor que las condiciones meteorológicas nos impidieran ir exactamente dentro del canal, ya habíamos tenido una experiencia de casi varadura el día anterior y no era muy inteligente arriesgar…
Claudia me sugiere –dado lo sucedido esa noche- acercarnos un poco más a la costa Uruguaya que tan a la vista la teníamos, como para por las dudas tener algo cerca, mismo por si se hacía necesario el pedido de auxilio.
Teníamos el gran problema de no haber hecho los roles dado que nuestra idea había sido otra, pero las circunstancias nos obligaban a cambiar de plan. No obstante teníamos en claro que no podríamos tocar tierra uruguaya, nos mantendríamos cerca por razones de seguridad , pero solo eso.
Ponemos rumbo norte y comenzamos a navegar con tormentín y mano de rizo. A medida que pasaban las horas el tiempo se iba poniendo cada vez más lindo y nosotros ya nos relajábamos más permitiéndonos comenzar nuevamente a disfrutar todo esto. Seguimos navegando y navegando hasta que nos cruzamos con un velero argentino que venía del Uruguay. Nos saluda con la mano y lo saludamos y nos grita: ¿¿Van para conchillas? / Ni idea (respondo yo) / Vayan para allá, es un lugar hermoso y la van a pasar bárbaro! Esta a solo 1:30 hs de acá (Nos grita transmitiendo un gran entusiasmo por el lugar)
Con Claudia nos miramos y decimos.. ¿Qué hacemos? Ella me sugiere ir para conchillas pero yo le digo el tema de los roles. Ella me dice, al menos nos acercamos y vemos como es, fijate (mientras señalaba unas hermosas playas de arena que se veían en la costa uruguaya) Quizás es un lugar así, con una playita desértica que no hay nadie y podemos ir.

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Yo me considero una persona delirante, pero creo que lo de Claudia es peor. Porque ella para quien no la conoce trasmite una imagen de una persona terriblemente cuerda, sin embargo sus grados de delirio pueden llegar a niveles jamás imaginados. Ella quería una playita desértica en la costa y yo encima le hago caso!

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El día, definitivamente dispuesto a estar bien y durar así nos permitió volver a colocar foque y sacar la mano de rizo, sin embargo esa hora y media de la que nos habló el que nos cruzó con el velero se transformaron en 7:30 hs de navegación hacia el norte. Supongo que la correntada (en contra) estaba bastante fuerte ya que el GPS varias veces nos marcaba una velocidad de apenas 1 nudo.

El paisaje por el lugar es hermoso, tuvimos la oportunidad de ver la famosa barra de San Juan, el faro, las playas de arena que intrépidas cada tanto se asoman entre el verde y disfrutar el atardecer con el sol poniéndose en el Río.

Como la navegación a veces se hacía un poco pesada y no contábamos con Piloto automático se me ocurrió hacer un invento del cual me sentía sumamente orgulloso y cada 5 minutos le decía a Claudia que yo había fabricado un ¡Piloto automático de 1 Dólar!. Resulta que revolviendo por ahí dentro del Flecha II encontré un cabito con una especie de plomadita en la punta, el cabo lo ataba y con un ballestrinque en la caña de timón lo hacía firme con el rumbo deseado. Funcionaba casi maravillosamente bien. El gran tema es que me la pasé durante dos días desatando la infinidad de nuditos que el cabito tenía, mientras puteaba y puteaba diciendo a los 4 vientos ¡Quien habrá sido el nabo que no tenía mejor cosa que hacer que llenar esto de nuditos!. Cuando se lo comenté a Luis, primero se agarró la cabeza, luego me dijo ¡Animal! y finalmente –como firme defensor de la antigua tecnología- me hizo saber que esos nuditos no eran caprichosos, sino que estaban puestos a una distancia predeterminada y que aquel primitivo elemento era más eficiente que el mismo Ecosonda… ¿Cómo era que se llamaba…?

Siempre verificando la carta y teniendo presente (gracias al GPS) en que lugar de ella nos encontrábamos comenzó la discusión a cerca de que era conchillas, si ese punta de ahí o aquella de más allá. Por suerte el GPS también tiene una carta incluida que indica hundimientos, boyas, Km en los canales, etc etc. Con el GPS encendido se acaba la discusión y ponemos proa a conchillas abandonando el canal Uruguayo. A estribor vemos un muelle pero en el agua hay algo que se asoma, como una gran roca. Le digo a Claudia que no me meto porque no se con que me encontraré pero por suerte vemos un velero que a motor se dirige hacia allí. Ponemos proa a el y comenzamos a seguirlo, el tipo va decidido y nosotros como las vacas con la soguita en la nariz vamos a donde el va. Pasa entre el muelle y esa gran roca que resulta no ser una roca sino la popa de una chata hundida, hay una bahía hermosa, entra a la bahía y ahora pone rumbo Norte nuevamente, .. ¿Listos para virar? ¡Viranmos! (es que nosotros no teníamos motor) lo seguimos rumbo norte siempre con la intención que el tipo pare y nos pregunte si necesitábamos algo, pero el tipo no para y sigue decidido, en eso cambia de rumbo nuevamente esta vez al este y … ¡Mágicamente se pierde entre la vegetación!. ¿Donde se fue? Seguimos un poco más rumbo norte como para llegar hasta el punto en donde el cambió el rumbo y por más que nos esforzamos en mirar a la costa no lo vemos, ahora vemos la punta del mástil… ¡Se metió en un arroyo! Yo no puedo hacer lo mismo porque no tengo motor y además no se que hay en ese arroyo, Claudia sugiere que el tipo se metió en el arroyo porque debe estar con alguien y no quiere que nadie lo moleste (las mujeres siempre con ese toque romanticón) nosotros nuevamente cambiamos rumbo, ponemos proa al sur pero siempre sin salir de la bahía. Al sur se ve una linda playita y otro barco hundido cerca de la costa (pero este de madera). Nos acercamos a una distancia prudencial de la costa y en medio de la bahía decidimos fondear ¡¡Que lugar precioso!!!

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Llevábamos un botecito inflable de juguete (si, de juguete cuyo costo fue $ 39 en plaza vea), lo inflamos, lo tiramos al agua. Yo iba nadando y lo arrastraba con un cabito y Claudia iba dentro del botecito con las remeras, cámara de foto, ojotas y algo de dinero. Una vez en la playa, lo atamos y nos fuimos caminando hasta un barcito cerca del Muelle. Tomamos cerveza Pilsen y nos comimos una Pizza, estiramos un poco los pies (luego de tres días de no tocar tierra) y paradójicamente nos empezamos a marear.. ¡¡Estando en tierra firme!!!

Nos quedamos un poco tomando sol en la playita y viendo orgullosos que hermoso se veía el Flecha II fondeado en la bahía y luego de reponer fuerzas decidimos regresar a nuestro hogar adoptivo (a nado y con el botecito a la rastra).


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Aprovechamos para acomodar un poco el velero, sacarle el agua que tenía dentro (hace agua por algunos lugares que ya los descubrimos!!!) y darle una limpiada general. De a poco fue cayendo la noche y una vez más las estrellas fueron testigos del precioso lugar que nos rodeaba.

Día 17 de Enero

Nos despertamos, salimos al copkit y una vez más disfrutamos del bello lugar. Con toda tranquilidad preparamos las cosas para desayunar (leche con Nesquik, pan de campo que aún quedaba, manteca –que todavía se conservaba fría gracias a la heladerita de camping- y algún dulce. Estaba todo bárbaro hasta que de pronto siento un toquecito… le comento si lo sintió y me dice que no. Prestemos atención… Al rato y debido a algunas muy pequeñas olas se siente de nuevo un toquecito. Tenemos que salir ya.
Izamos velas y una mala programación de maniobra por mi parte hace que en lugar de avanzar retrocedemos como 50 metros. Ahí el toque se siente más. Claudia se cuelga de los obenques pero con su poco peso no puede hacer grandes milagros, trato de tirar del cabo de fondeo para arrastrar el velero a un lugar más profundo y nada, esta tocando y no va a avanzar. Me empiezo a desesperar, nos colgamos de los obenques, etc, pero no alcanza. Cuando me tiro al agua me doy cuenta que puedo hacer pié en donde la tarde anterior el agua me tapaba y bastante. Una mujer desde la playa nos ve que estamos intentando sacar el velero de la varadura y se acerca hasta que me dice que el marido sabe mucho de veleros y puede darnos una mano. Yo en principio solo agradecí pero no sabía quien podía ser y si el tipo no sería un bolacero. Seguimos intentando e intentando, pero el temor que el agua siga bajando y la sugerencia que me hizo Claudia de aceptar ayuda hicieron que vaya hasta la playa a ver quien era este hombre. Lo saludo y me presento, el solo me dice: Soy Luis, te veo que estás luchando hace rato y así no lo vas a sacar, pero si no venías a buscar ayuda yo no iba a ir (Así de simple, me cantó la falta envido y el truco, y yo lo único que hice fui irme al mazo y agachar la cabeza). Antes de ir allá le pregunté a cerca de su experiencia y el me comentó que tenía un velero y de hecho lo tenía ahora en el arroyo, a unos 800 metros de ahí (el mismo arroyo tal vez en donde vimos que se perdió el otro velero ayer???).
Vamos juntos al velero y sin dudarlo el tipo da tres o cuatro ordenes muy seguras: A claudia la manda al timón y a mi, junto a el a colgarnos de los obenques. Nos colgamos y recontracolgamos y el barco por momentos quiso salir, pero nos faltó un poquitín de viento como para tener la fuerza necesaria para desvararnos.
En eso viene caminando por el agua Un flaco recontraflaco. Habla con acento Inglés y se presenta como Steve. Luis me mira y me comenta: Este funciona a alcohol etílico.
Seguimos intentando sacarlo pero nada. Mi miedo es que el agua siga bajando y la pala del timón pueda tocar el fondo y romperse. Tanto Steve como Luis me dicen que no pero Luis agrega que si quiero la sacamos y listo. Steve sugiere traer su motor de 5 HP e instalarlo en el flecha para así contar con potencia como para sacarlo. Vamos nuevamente a la playa y de ahí nos llevan en un auto a recorrer los 300 metros por tierra que nos separan de un lugar en donde están todos los veleros (porque ese lugar da al arroyo.. el famoso arroyo) Sacamos del velero de Steve el motor, lo cargamos en un auto y volvemos a la playita. La playita ya tiene espectáculo y están todos mirando como intentamos sacar el H 20. Mientras caminamos Luis me cuenta que es de un náutico de San Isidro (para mi sorpresa es argentino, yo pensaba que era un uruguayo que estaba ahí mirando) y que no me disculpara tanto por las molestias ya que en ese pueblo nunca pasa nada y por lo menos ahora algo pasaba!!!. Cargamos el motor al hombro, nos metemos en el agua y vamos hasta el velero para montarlo. Luis me comenta que al agua ha bajado un poco más y que no lo sacaremos hasta el atardecer, mientras me señala el pabellón uruguayo (puesto sobre el argentino –como para dar respeto- sobre el estay popel) y me dice: No va ahí. Yo le dije: Yo lo puse ahí porque bien no me acordaba en donde iba, entonces asumí que ponerlo encima del argentino era una forma de expresar agradecimiento al estar en otro país. Luis me miró, se rió y me dijo: Sacá el gallardete del Club del obenque de estribor y colocalo a babor. Y en el que tenías el del Club ponés la bandera Uruguaya. Y hacelo mientras nosotros montamos el motor. No dije ni mu, solo miré a Claudia e hice un gesto como diciendo… si no hago ya lo que me dice, me caga a trompadas!.
Luego Luis mira la vela de Proa y me dice: Solo ese foke tenés?, no tenes otra cosa?. Le digo: No es un foie, es una genoa. Me vuelve a Mirar y me dice: Eso es un foke. Lo miro de nuevo y le digo: a mi me enseñaron que esa es una Genoa. Me mira y me dice: Una genoa llega hasta acá (señalando) y esa es un foke. (no más palabras por mi parte)
Intercambian un par de palabras entre Luis y Steve a cerca de la maniobra a realizar mientras yo el unico bocadillo que meto es: Tengo miedo por la pala del timón, si empieza a tocar se puede romper. Steve dice que no se romperá y Luis sugiere: si tanto te preocupa la pala la sacamos y listo. Yo le digo que si, que voy a estar más tranquilo si la sacamos y Steve dice es una locura. Ahí se genera otra discusión entre Steve y Luis, y este ultimo me dice: si vos querés la sacamos. Yo le pregunto: ¿La podremos poner después porque Steve dice que no? Y Luis me dice: Yo te aseguro que esa pala la saco y la pongo con los ojos cerrados. Soy uno de los pocos carpinteros náuticos que quedan, Trabajo en un astillero y nadie me va a enseñar como hacer las cosas Yo te aseguro que la saco y la pongo sin drama. Bueno, saquémosla entonces. La verdad que tanto sacarla como ponerla es una pavada, son dos tornillitos y listo.
Una vez la pala guardadita ya me sentí Tranquilo. EL velero no podía salir, inevitablemente habría que esperar la crecida.

Luis nos sugiere ir a conocer el pueblo y como a el lo llevarían, podríamos aprovechar el viaje. Aceptamos y salimos. Nos contaron la historia del Pueblo, como nació (gracias a una compañía Inglesa que se establecía para instalar canteras y extraer piedras, las mismas piedras con las que están construidos muchos edificios de Buenos aires, como la estación retiro, etc etc. El pueblo es pintoresco y parece perdido en el tiempo y las casas están hechas todas de piedra con chapa en sus techos.

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Visitamos el Hotel, en donde alojaban al personal Inglés que no tenía familia, dado que las casas solo eran reservadas para los trabajadores con familias constituidas en el lugar. También nos enteramos el porque del cierre de la compañía con la consiguiente paralización que eso generó al Pueblo y éxodo casi masivo de sus habitantes. Uno de los Lugareños insistió en que vayamos a visitar el cementerio y si bien no es algo que a mi me guste mucho, lo hicimos por cortesía. Entusiasmado nos comentó la película que ahí se había filmado (si mal no recuerdo Protagonizada por Marcelo Mastroiani y .. ¿Leonor Manso??) Titulada ¡De eso no se habla! y nos hizo notar la división que existe en el cementerio. Del lado izquierdo son todas tumbas de ingleses, mientras que del lado derecho, mayoría de lugareños.

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Una vez realizada la recorrida y ya prontos a subir nuevamente a la camioneta que nos llevaba de regreso, lo miro a Luis y le comento: Luis, tengo otro problemita, aún no te lo comenté. Me mira serio, y me dice: No Tenés los roles. (yo no se si el era mago o adivino, pero el tipo la acertó de una). Me dijo: Tenés que ir y hablar con el prefecto. Yo le dije que pasaba si una vez desvarado el velero regresaba y listo, sin que nadie se enterara y el me dijo: Daniel, ya te dije que acá nunca pasa nada, ya está todo el pueblo enterado de esto y como para que te convenzas, una de las mujeres que insistió en ayudar es la Directora de turismo de Conchillas. Me comenta también que es mi día de suerte y como yo llegué el dia anterior y justo ese día el prefecto había tenido franco, le comentara que intenté hablar por radio y nadie me contestaba, que la corriente me tiró dentro de la bahía y por eso me quedé ahí.
Pasamos por un almacén en donde Luis compró algo de mercadería y aprovecho para comprar combustible y mientras esperábamos aparece un muchacho joven vestido de prefecto (regresaba de su franco) ni bien nos ve nos dice: ustedes son los que vienen de Carmelo? / Ehhh.. no… / de donde vienen Ustedes? / Ehhh nosotros bueno, estábamos recorriendo la zona, el lugar era lindo… / Bueno, ahora que yo llegue me dan los roles y antes de irse los retiran / ehhh. Justo de eso te queríamos hablar.. es que no tenemos los roles / ¿Cómo que no los tenen? / No, es que nosotros no ibamos a venir acá, pero luego de tres dias navegando, una noche fea que pasamos, etc, tuvimos la necesidad de entrar acá / ¿Pero no se comunicaron por radio? / Si .. si, pero nadie nos contestaba.. / No puede ser.
En eso interviene Luis y me pregunta… ¿Qué tipo de Radio tenés vos? / Un handy –respondo- y Luis mirando al Prefecto le dice: el handy no tiene alcance…

El prefecto me dijo que el se haría el que no me vió, pero había un inconveniente. Aparentemente había llegado un superior de el y estaba en Conchillas, el velero en la bahía lo habían visto todos y el no podía arriesgarse. Me dijo que ni bien lo sacábamos de la varadura, yo me iba. Le dije que si. Pero también le dije que tenía puesto un motor que no era mío, tenía que colocar la pala, etc y lo mejor para hacer eso –según recomendaciones- era en el arroyo, junto a los demás veleros y al amparo de los árboles. El prefecto no accedió porque según el su superior nos vería entrar. También me dijo que es obligatorio el entrar y haciendo comunicación radial, pero que en mi caso en esta oportunidad me vaya en silencio y sin intentar bajo ningún motivo comunicarme por VHF.

Regresamos al recreo de conchillas y Luis me dice que ya subió un poco el agua pero aún no era suficiente, que vayamos a tomar algo mientras esperábamos por más agua. Ya allí y sentados en una mesa con Luis y Steve este ultimo insiste en que una vez salido de la varadura tenía que entrar al arroyo y pasar la noche allí. No estaba pronosticado muy buen tiempo y salir a las 19 hs no era lo mejor.

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Yo me sentía como un desterrado. Estabamos felices en el lugar y con ganas de quedarnos una noche más allí, sin embargo el prefecto me decía que debía irme, y de nuevo pasar la noche en el medio del Río mucho no me entusiasmaba. Seguimos hablando y debatiendo, Steve estaba a los gritos diciendo que yo debía quedarme y habia que hacerle entender al prefecto que no me podía ir, en eso cae el prefecto en bicicleta y nos dice que el agua ya esta en nivel como para salir. Steve le dice que no puedo irme y Luis lo mira como diciendo.. ¡y.. no lo podemos hacer ir así!. Yo tenía cara de pollo mojado y solo obedecía ordenes. Luego de un intercambio de palabras, el prefecto dice: Bueno, lo traen acá y no abren la boca. Y así fue…

Lo sacamos de la varadura, y Luis y Steve lo navegaron hasta dentro del arroyo junto a los demás veleros. Una vez allí quitamos el motor para devolverlo al Trotter Pandora y Luis en menos de 10 minutos volvio a colocar el timón. Estaba todo perfecto y habíamos recuperado el color en la cara!

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Esa noche los invité a los dos junto a sus correspondientes parejas a cenar ahí en el bolichón, y entrada la noche cada uno a sus barcos a dormir.

Día 18 de Enero

A la mañana Steve me despertó (porque el me remolacaría con su velero hasta fuera de la bahía) y luego de desayunar salimos con el flecha unidos con un cabo a su velero y disfrutando ese hermoso paisaje del arroyito con extensa vegetación a sus lados y con montañas de camalotes que hacen más pintoresco el lugar.

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Una vez que Steve nos sacó fuera de la bahía nos enfrentó al viento para poder izar las velas y ya con las velas desplegadas comenzamos nuestro regreso a casa…

Luego de varias horas de navegación y viendo como se aproximaba el frente desde el sur, a tan solo unos 100 metros de la entrada de olivos, alcanzamos a arriar vela de proa y sujetarla cuando 30 segundos después y con la mayor totalmente filada el pampero nos pasa por encima dándonos de esta forma el empujoncito final para concretar ¡sin novedades! un viaje lleno de nuevas e inigualables experiencias.

Me pregunto si ese soplido final, tan justito, no habrá sido algún mensaje de alguien que nos estaba haciendo comprender que jamás estuvimos solos en el viaje…

Hoy puedo aprender de muchos errores que cometí, y lamento no ver infinidad de muchos otros que hoy no llego a distinguir.
Tal vez el dejar esta pequeña experiencia en papel, me sirva para releerlo dentro de unos años con un poco más de claridad.

.Porque no me importa el tamaño de los viajes sino el tamaño que ellos ocupan en mi corazón…
.Porque no me importa el tamaño del Flecha II, sino lo importante que el es para mí…
.Porque me hizo sentir Capitán, porque me hizo sentir pirata y porque le dio vida a mis sueños…
.Porque quise compartir con ustedes un poco de mi locura para decirles que se puede y solo es cuestión de atreverse…
.Porque tal vez soy un poco caradura al atreverme a mostrarles mis sueños…
.Y fundamentalmente: porque si

Con cariño
Daniel
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chicherico
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Daniel..

Mensaje por chicherico » 22 Mar 2007, 21:12

compartir es perdonar la vida
bellisimo tu escrito

mi saludo
<center>Imagen</center>



<center>"Nullum magnum ingenium sine mixtura dementiae est."

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Cynthia Gallardo
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Mensaje por Cynthia Gallardo » 26 Mar 2007, 03:24

<center>Querido amigo
Vaya viaje nos relatas, ya me imaginaba que se quedaban
sin velero en medio de la nada y los atacaban unos piratas :-D .
Mucha imaginación la mía, excelente relato que cautiva de principio a fin.
Un placer recorrer tus letras.
Un beso y un abrazo a la distancia con cariño
<center>Imagen
"Dejad que los perros ladren, Sancho...Es señal de que vamos cabalgando"



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Maryana
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Mensaje por Maryana » 26 Mar 2007, 13:44

<center><center>Imagen

Dios santo no se como le hiciste para adentrarte en esa profundidad con tan poco y tener todavía la valentía de desplegar tus letras en este lienzo pero esas cosas son las que quedan en el alma y te ayudara a crecer en casi todos los aspectos de la vida un honor poder compartir de está forma ese viaje contigo , bello aporte como inspiración y es un verdadero honor poder dejar mi humilde huellita y con ella dejarte mis respetos y admiración y que Dios padre todo poderoso siga llenando e inundando tu ser de enormes bendiciones y como siempre te dejo mis besitos balsámicos

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Mensaje por PANDORAREAL » 27 Mar 2007, 22:38

<center>QUERIDO DANIEL

Gracias por dejar estas aventuras suyas
donde quién las va leyendo
se ve transportado a las mismas.
Me he reído, sorprendido,
y vaya que sí...
He saboreado hasta lo que comían...
maravilloso, un deleite que agradesco
de todo corazón.
Nos instruímos mientras
la diversión nos hace avanzar
y disfrutar.

Dios bendiga siempre su camino.
Por favor nunca cambie.

Marycruz.
</center>

Cumulus Tormentus
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Mensaje por Cumulus Tormentus » 29 Mar 2007, 01:44

Gracias por haberme leído.
Como verás estuve paseando por tu patria, gente muy macanuda.
Si bien en esa oportunidad no pude deleitar los exquisitos "chivitos", el dueño del lugar nos hizo probar unos bocadillos de pescado que nos sugirió "Coman, sin preguntar que es" ¡¡ Y eran sabrosísimos!!!. Como soy bastante prejuicioso con el tema de las comidas -entre otros miles de prejuicios que cargo en mi inmensa mochila- no me atreví a preguntar, pero los comentarios del lugar hablaban que se trataba de un pez llamado Vieja de mar. Dicen que el aspecto es espantoso, pero que rico que es!

Un abrazo
Daniel
<center> Imagen </center>

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Mensaje por Cumulus Tormentus » 29 Mar 2007, 01:50

El viaje relatado fue esperado por mucho tiempo hasta que por fin se dió.
Luego vinieron dos más (otro nuevamente a Conchillas y el siguiente estrenando velero propio a Colonia -espero poder llevarlos al papel ni bien tenga un momento tranquilo para escribir- )
Si bien no hubo piratas creo que cubrió bastante las expectativas que yo tenía, y por supuesto, como quienes me conocen dicen que soy bastante delirante, es lógico que siempre tengan al menos una pizquita de locura.
Te agradezco que me hayas leído y me alegro que te el relato sea de tu agrado.
Te envío un beso
Daniel
<center> Imagen </center>

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Mensaje por Cumulus Tormentus » 29 Mar 2007, 01:59

Te aseguro que hubo un momento (no recuerdo ahora si fue la segunda o tercer noche) que mas de una vez me pregunté "¿Quien diablos me mandó meterme en esto si podría estar tranquilo en el sushi club comiendo un Philadelphia roll acompañado de un rico Vino Comte Valmont?", no obstante, a pesar de haber pensado eso y haber tenido miedo (porque hubo momentos en que tuve bastante miedo) creo que la experiencia vivida y ganada valen más que muchas visitas al Sushi, además ... ¿Que historias les podría contar el día de mañana a mis nietos si no las vivo hoy?

Te agradezco la visita Maryana y que hayas dejado aquí tu firma.
Un beso Grande
Daniel
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Mensaje por Cumulus Tormentus » 29 Mar 2007, 02:15

Cuando pienso en vos me viene automáticamente una respuesta de Silvina y Nancy (han navegado conmigo en una segunda visita a conchillas) cuando me dijeron: "Nosotras vamos donde vos vas", y lo digo porque siempre has seguido mis letras, desde las bitácoras de vuelo hasta una poesía y tal vez pasando por algún poema pasional con un toque de humor y siempre he tenido la sensación que interpretaste fielmente el sentido de cada una de las palabras que puse en mis escritos.
Hay gente que lee por encima, hay gente que lee y siente. Creo que vos sos de las que leen, sienten e imaginan cada una de las palabras que uno vuelca aquí, que no vas a poner una respuesta o tu firma por el solo hecho de ponerla, sino que lo harás habiendo puesto gran parte de tu tiempo en leer un relato, inspiración o lo que fuere, y eso para mi es importantísimo.
Te agradezco tu visita, tu comentario es valioso para mí.
Un beso grande y no te preocupes, que alguna vez alguien me dijo "La gente cambia hasta los 20 años de edad, luego de eso no la cambiás ni a palos". Asi las cosas, para bien o para mal, al haber ya duplicado la "edad del cambio" dudo mucho que pueda variar sustancialmente mi forma de ser, tal vez limar algunas puntas pinchudas a fuerza de palo y palo, pero no mucho más que eso...

con cariño, Daniel
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PRINCIPESSA NELY
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Mensaje por PRINCIPESSA NELY » 25 Abr 2007, 20:02

ORALE!!
Que aventura,....
muy emosionante,...
Gracias por compartirla,..

Dios te bendiga

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HIPOLITO
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Mensaje por HIPOLITO » 02 May 2007, 08:59

SORPRENDENTE RELATO....ANIMARSE DEJANDO ATRAS LO CONOCIDO
ES NACER NUEVAMENTE CON UNA PIEL DIFERENTE....MAS SABIA....MAS COMPLETA.DESAFIAR LO COTIDIANO,LA COMODIDAD DE LO YA SURCADO ES COMPROMETERSE CON UNO MISMO EN CADA NUEVO APRENDIZAJE.
LE DEJO MIS SALUDOS Y MUCHO GUSTO.

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Dani!

Mensaje por sulami torres » 09 Jul 2007, 21:23

Toda una travesía Danielito!! yo diria que si escribes tus memorias pudieses facilmente escribir un libro sobre tus aventuras!! :mrgreen:

Eres como cool mc cooll!! amas el peligro! :lol: :lol: por suerte Dis no te abandona, seguramente porque tienes un lindo corazòn! :corazón:

Un fuerte :abrazo: dani!! y cuidate mucho siempre! el mundo seria muy diferente sin ti! :guiño:

Mi cariño siempre nanis! :-P


:corazón: Sulami :corazón:
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Omaira A
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Mensaje por Omaira A » 10 Jul 2007, 14:54

Es bellisimo tu aporte!!!!!
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*.* Dios te ama *.*

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