


REGALAME UNA SONRRISA.
No cuesta nada en hacerlo,
y de ella emana una luz
que contagia con alegría
haciendo olvidar cualquier cosa
del momento.
Se entiende en cualquier idioma,
y además es un buen masaje a nuestro
rostro y a nuestro interior llevandole
una corriente de aire sano que cura hasta
el más maligno mal.
Ella puede salvar la vida de un moribundo
al presentarse con su arma llena de esperanza,
dulzura y amor.
Su presencia más continua en cada uno de nosotros
podría mejorar nuestras relaciones interpersonales
llevandole al punto de que se contagie y se multiplique
cada vez más.
Es tan fácil hacerlo y sus beneficios son muy grandes
por que nuestro espiritu se alimenta de esta forma.
Vamos! SONRIELE A LA VIDA, y ella te sonreirá.




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