
A veces las palabras sobran,
y más cuando se trata de amor,
unas simples miradas hablan,
para decirte que te amo sin temor.
Veo en tus ojos la transparencia de tu alma,
que me deja ver más allá del corazón,
no hables amor mío ten calma,
y ve en los míos el amor en la sin razón.
Escucha la voz de mi corazón,
que con alborozo te llama,
y te dice que te amo con pasión,
demencia, y devoción.
Sobran las palabras en este amor,
cuando existen nuestros labios,
que se besan con fervor,
y hablan de nuestro amor con Dios.
Imelda Guadalupe Badillo Zúñiga
24/06/2004