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Guarda espalda

No te vayas deja que de rienda al sentimiento
que se torna girasol en tus dedos, sur y norte
sin herida en los labios de un lucero,
para que habite la vida que te di por el tiempo.
No digas que he sido diario olvidado
donde escrita mis intimidades se hicieron juramentos,
quedando ahogado mi pecho se estrecho al silencio,
gime en su desespero, y se vuelve distorsionado lienzo.
Por eso no te vayas y deja que hiera la roca,
merme la sed que busco a tu encuentro,
sin testigo que sean tierra
ni natura que deje olor a primavera,
seremos hoy y siempre el te amo del beso exacto
y latido de deseo cuerpo con cuerpo...
déjame contemplar tu templo,
para venerar con audacia lo embelesado de tu alma,
y ser guarda espalda de lo que produzca tu palabra
en lo recóndito del desnudo que habita sereno en la cama.

Yolanda Román
©Todos los derechos reservados 2004
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