
Te haz sumido en una profunda tristeza,
te olvidaste de sonreír y cantar
se te olvidó en donde dejaste la nobleza,
los pies llagados ya de tanto andar.
¡Pobrecita mía! Ahora te ves tan enferma,
caminas muda por las calles,
la vista hacia abajo, ya no sabes dónde es arriba.
Dejaste que tantos te clavaran mil agujas,
y te desangras a cada paso,
ya ni siquiera preguntas, ya tampoco buscas.
Con el corazón ya no te hablas,
te peleaste con la vida,
dejaste tanto pendiente, y a pesar de ello
¡no avanzas!
Ha llegado el momento de que mueras,
que dejes este espacio inseguro,
clava la daga y vuélvete cenizas.
Olvida lo que dejas, olvida lo que pasará mañana.
Por ésta vez dejaré que cometas suicidio...
Ven y haz ahora lo que debes, no te detengas, piérdete en la nada.
¿Remendarte? ¡Ya no puedes! ¿Olvidar? ¡¿Qué es eso?!
No evites lo que prosigue, no le tengas miedo a ello,
Deja ya los reclamos, deja ya los lamentos.
Comete suicidio alma mía, que solo así podrá entrar lo nuevo.
Como el Ave Fénix nacerás otra vez, ¡yo te lo prometo!