Ya no quiere seguir no quiere prisas.
Ya no quiere más luna, ni más soles.
Ni edificios pintados de colores.
Decidida está hoy a dormirse
con los pasos inaudibles y silentes,
con que solo sabe acercarse sigilosa
la hermana de todos, la hermana muerte.
Ya perdió toda, toda la esperanza
ya no quiere más campos de labranza.
Ni andar de ilusa confundiendo
las colinas del sur con los desiertos.
Porque se haya dormida a toda cauda,
la esperanza de saber que hay alguien la ama.
que no es un número que engrosa filas
o que es una más en sus esquinas.
¿Habrá alguien en el mundo que la quiera?.
¿Qué invente para ella, mil quimeras?.
¿Qué encuentre que algo especial tienen sus manos?
¿Qué le importe escuchar sus tímidos relatos?
Qué sueñe en azul y en verde jade.
Y que pinte un elefante morado
que aunque parezca un ajado sombrero
es el estómago de una boa en febrero.
Qué soporte espinas de una rosa
porque no hay rosa que no tenga espinas,
y que tenga algo de poeta, algo de loco
algo de tierno, y un todo verdadero que lo habita.
aury
