Leído y analizado tu hermoso poema, yo te diré por qué...y hablo en nombre de todas las mujeres del mundo:
Así como algunas mujeres eligen desperdiciar su vida, muchas otras son SIISTAS, y la palabra NO, les está prohibida. La mujer siísta mantiene el lema de los scouts: "Siempre lista a la hora que sea y para todos los que la necesiten" cree que es indispensable y nadie podrá hacer las cosas mejor que ella.
Las expectativas y exigencias son estrictas e implacables, y la perfecciòn se convierte en una obsesiòn en todos los aspectos de la vida.
La mejor madre, la mejor ejecutiva del año, la esposa incondicional, la amiga maravillosa, la amante perfecta y dispuesta, el mejor cuerpo, el maquillaje impecable, y una respuesta afirmativa para todos aquellos que nos rodean.
Se supone que debemos vivir acordes con todos nuestros roles tradicionales, criar a los hijos, consentir a nuestros maridos y mantener hogares hermosos.
A la par, se supone que formemos parte de la fuerza de trabajo, compitiendo en el mundo de los hombres, escalando la jerarquìa corporativa.
Y por si éso no fuera suficiente: tambièn se espera que impresionemos a nuestros amigos con nuestro hermoso guardarropa y nuestra facilidad para los entretenimientos, el tenis, y los arreglos florales. ¿cómo es posible que hagamos todo éso al mismo tiempo?.
Leía a un escritor norteamericano John Powell, en su libro "Mujeres en el tiempo", donde afirma categóricamente que cuando la perfecciòn en la mujer es un ideal, se convierte en una constante tortura. Asegura el Sr. Powell, que las mujeres heróicas suelen postergar sus deseos y necesidades ya sean físicas o emocionales. Tienen una obsesiòn por triunfar, por lograr el reconocimiento y la admiraciòn de los demás y a cambio de estos aplausos están dispuestas a todo.
Cierto, para una mujer heróica no hay tarea imposible, es capaz de dominar todo y controlar cada aspecto de su vida y tambièn la vida de
quienes la rodean (cuando se dejan claro, je je)...
Por éso acepta todos los compromisos que puede, no importa si los quiere, con tal de sentirse suficientemente ocupada. Por éso, cuando no consigue la aprobaciòn de los demás, la frustraciòn se hace presente y la decepciòn la lastima profundamente. Vive en tensiòn permanente porque suele haber una desproporciòn entre las expectativas que se impone y la realidad que enfrenta.
Una heroìna se basta a sí misma, y por lo tanto, prefiere hacer piruetas en el aire, y hasta malabares antes de pedir ayuda o aceptarla o aceptar consesiones que la dejen en deuda.
Ella es fuerte, segura, orgullosa, y cuida hasta el último detalle para que su imagen no se dañe en ningún momento. Para la mujer maravilla, el valor de la persona no está en el ser, sino en el hacer, y cuando su actividad disminuye se siente culpable y su autoestima se afecta. Por eso no hay tiempo para ella, pues está empeñada en dar los resultados a que se comprometiò y que suelen estar más allá de sus posibilidades.
Establecer metas responsables significa aceptar limitaciones. Pero el heroísmo afirma que no existen tales limitaciones.
Sin embargo hay que reconocer, que la vida es demasiado apresurada, demasiado desordenada, con demasiados ruidos y distracciones como para escuchar nuestra voz interior. Las exageraciones tienen fundamentos en la realidad, pero son distorsiones. "Soy la única que puede hacerlo", "todos dependen de mí", "Las empleadas perfectas nunca cometen errores", "Las buenas madres están siempre disponibles para sus hijos", "tarde o temprano tendré tiempo para mí". Se suele hablar en términos absolutos.
Cuando nos entregamos al trabajo, hijos, amistades, o al matrimonio, y provocamos que nuestras necesidades personales queden relegadas, o ni siquiera las consideramos, los resultados suelen ser TRAGICOS.
Entre tratar de hacer todo a la perfecciòn y tratar de obtener valoraciòn y amor de aquellos que nos rodean, nuestra salud vá a parar al cesto de basura o hasta al incinerador Puf!!.
Por las noches no dormimos, nos mareamos por no atender bièn nuestra adecuada alimentaciòn. Pero si llegamos a despertar en la noche, empezamos con un activismo mental planeando lo que haremos al siguiente día.
Detenerse a pensar y estar con nosotras mismas ni siquiera lo cuestionamos, pues todo el ser está programado para hacer.
Las mujeres indispensables tenemos normas excepcionalmente elevadas. No estamos satisfechas con un trabajo mediocre o relaciones tibias. Esperamos destacar, brillar. Cuando nuestra actuaciòn no llama la atenciòn, nos sentimos decepcionadas. Podríamos sentirnos hasta enojadas o tristes, preocupadas e incluso avergonzadas. Pero, en vez de reconocer estos sentimientos, manifestamos que nos sentimos presionadas..
La velocidad es una cosa maravillosa, no tengo nada en contra de ella, pero cuando la velocidad se vuelve prisa, mujer y amiga, mi Majelkyta querida, se vuelve un tormento y un veneno.
Ser reflexible es una virtud de las personas inteligentes, no hay fanático inteligente. No esperar hasta llegar al final para descansar
y disfrutar.
Buscar estaciones intermedias en nuestra vida. Ser feliz en lugar de hiperactivas. Hay que disfrutar lo que hacemos, no padecerlo, y la línea que separa éstas actitudes es casi imperceptible.
Ejercer el derecho a equivocarnos es fundamental para madurar y lograr nuestros propòsitos. Es un acto de irresponsabilidad no dedicarnos tiempo a sí mismas.
Dicen que la caridad empieza en casa.. Si no nos amamos a nosotras mismas ¿cómo pretendemos amar a los demás? y lo que es peor... ¿cómo pretendemos que nos amen otros?
Hacer caso omiso de las necesidades propias es desde luego un verdadero suicidio. Por prescripciòn médica he tenido que bajar mi ritmo habitual de vida por muchas ocasiones, ahora ya no me es tan importante quedar bièn con los demás... y urgente quedar bièn conmigo misma.
Mi consultor del alma me dijo:
"Doral, voy a decirle una cosa que quiero que nunca se le olvide. El Estres crónico es recurrente y agota el organismo enormemente aniquilando el sistema inmunológico. Nos enfermamos por estrés, pero podemos tambièn morir por su causa. Hablando en términos pràcticos, cada vez que se sienta usted presionada por algo o por alguien, o al borde de aceptar una nueva demanda, detèngase y primero pregúntese: "¿quièn o què me obliga a hacer ésto?".
Resulta pues, urgente mirar hacia nosotras mismas, porque el mundo interior nos hace fuertes, valientes, seguras de nosotras mismas, porque nos ayuda a situarnos como prioridad, clasificar nuestros valores, priorizar, establecer límites y ser flexibles para re-encontrarnos y volver a empezar.....
Empezar...sí...una, otra y otra y otra vez, y todas las veces que sean necesarias... de los errores se aprende....¿Y quièn dijo que debemos ser perfectas?.
Enorme abrazo desde mi corazón,
Doral.
p.d. "Y te dejo todo ésto con música, pa'ponerle sabor al caldo, je je "
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