Pon tu mano en la Biblia y dime: "Juro
decirte la verdad solemnemente,
nada más la verdad omnipresente..."
y verás que de dudas yo me curo.
Si lo juras, verás que de seguro
hasta el sol brillará brillantemente,
sentirás tanta paz como se siente
cuando en gracia de Dios se está. Lo auguro.
y ahora dime: ¿Me quieres francamente?
No lo pienses...respóndeme enseguida.
No te olvides que estás juramentada.
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Ella sólo calló. Bajó su frente.
Su silencio me abrió profunda herida
y ya nada le dije. Nada...nada...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
