Amor que vas desapareciendo
poco a poco, con un sentir que
me penetra las entrañas. Un
deseo que no hubiese deseado
nunca.
Tus recuerdos llegan a mi mente
haciéndola sufrir en un lugar
en donde no creo que se descongelen
por los siglos que pasarán.
Fuiste mi mayor tesoro en la
vida; pero tu forma de actuar
hizo que en mi desapareciera
ese hermoso y mágico amor
que te tenía.
Me doy cuenta de que tú estás
en brazos de otro hombre y que
nunca más regresarás a mi. Los
besos que alguna vez nos dimos
se han desaparecido como gotas
de agua al filtrarse en la tierra
santa que nos vio nacer.
Ahora me marcho con una tristeza
que me mata por dentro; con una
gran herida que tardará mucho en
sanar. No se lo que pasará con este
rostro que viste con mucha alegría.
Sólo se que me marcho para siempre
de tu vida, adiós amor mío.


11 de septiembre del 2003