pero no tomaba nada
de la gran paila,
sabía no era agua,
era el liquido de su elixir
nauseabundo donde moraban sabandijas
casadas con serpientes venenosas,
por madrinas las arañas viudas negras
brillantes ojos rojos
cual lamparas de diogenes
retumbaron los timbales
sacaban la lengua los opresores
cada ves que extendía el cuello
alguien moría, le cortaban la yugular
cercenaban sus secretos.
Que forma de engañar la vida
Convertía sus ideales en una bacinilla
Enorme y fétida, estrujante pensar
Bastos y rencorosos pañuelos deslizables
Servían de fondo a sus "nal-gas",
Mejor aun la sección de sociales
Pagaba la cuenta.
Comprendía que de sus poros
No brotaba sudor alguno
Amalgamas aliviando el sufrimiento
De sus dientes en falsarios acuses de recibo
Para recibir sus clientes.
Que idiota sentir así
Que se muera la bacinica.
Alexan
