Cuando estoy en mi alcoba
descansando, pienso en ti.
Las alas que me crecieron
cuando platique por primera
vez contigo, están más bellas
como tú lo estás cada día
que pasa.
Estás alas que tengo te las debo
a ti, ya que despertaste a un
corazón que estaba desecho y
completamente destruido.
Pienso que si tal vez estuviéramos
tan cerca como un verde árbol y como
la cristalina agua de un manantial,
haríamos una hermosa vida juntos.
Sin embargo estamos muy lejos
pero eso no es barrera para nuestro
amor que nos une segundo a segundo,
minuto a minuto.
Al leer tus sagradas palabras, me imagino
lo inocente y pura de tu alma, eso me
quiere dar a entender de que el blanco
color de tus alas significa la pureza con la
que te me expresas.


27 de septiembre del 2003