Me he marchado de tu vida,
a mi corazón lo has dejado
en la peor ruina que no te
puedes imaginar.
Hago todo por olvidarte
pero eres igual de fuerte
que un roble en un bosque;
tu nombre flota en mi mente.
Está mente que en muchos
momentos que estuvimos
juntos se lleno de alegría y
de amor por ti.
Momentos que se han quedado
congelados para siempre en el
pasado y que se quedarán ahí
para toda la eternidad.
El frío viento que pega en mi rostro
hace que incline mi cabeza y mi triste
mirada vea como el viento arrastra
cada hoja de ese camino de dolor
por el cual camino.
Me doy cuenta de que fui un tonto
al creer que siempre fuiste mía, que
todo lo que me dijiste fueron simples
mentiras.
Congelación perpetua que ni con el
transcurso de los años se olvidarán
los momentos que se quedaron en él.


22 de septiembre del 2003