que multipliquen con su fuerza
y conviertan en canción el eco de mi voz,
que vibre y se apague en mi garganta.
Contaré mi historia al mar,
para que su grito de perro ronco
confunda mi voz hecho súplica
y muera con duro golpe de resaca.
Contaré mi historia a montes y valles,
me escucharán porque en ellos hay vida
pero prefieren callar, siempre callar,
su respuesta será el silencio.
Contaré mi historia a la gente,
a todos les sabrá a locura,
contaré mi historia a Dios
y en Él hallaré cordura.