Entre tu adios y mi sufrir

Han pasado algunos días de tu partida
me dice el doctor que empiezo a reponerme,
que debo de ser fuerte a las cosas de la vida
ya que tarde o temprano sanarán mis heridas
Sigo en esta habitación, preguntandome tu adios,
me aferro con lágrimas en mis ojos a no ver la luz del sol
soledad, eso es lo que me queda hoy
el doctor le dice a la enfermera que me deje
pues quiza mañana amanesca mejor...
Otro día sin ti, me estoy acostumbrando a tu partida,
mi doctor ha empezado a guaradar tu imagen, tu voz, tus palabras y hasta tu sonrisa de ángel, pero le pido
que deje nuestro amor que tal si mañana llegarás,
más dice que no puedo seguir esperando por tu llegada...
Y desde ese día empece a similar que ya no estabas
me canse de esperarte, de buscarte y no encontrar nada,
me canse de engañarme que me amabas y extrañabas,
tome un gran respiro y salí de mi habitación
me tome el medicamento que me receto el doctor:
valor, optimismo, esperanza, alegría y fe.
Sabes, mi sonrisa empieza a dibujarse
y aunque tu no has regresado
no es algo que me afecte pues aprendí
que personas como tú, hay que dejarlas ir
Quiero que sepas, que cada noche
rezare por ti una oración,
sólo tú sabes porque te fuiste
sin despedirte, dejando a mi corazón
sediento de ti y apunto de morir
Sigue adelante tu camino
por ninguna razín voltees a ver el mío
intentando retroceder y querer quedarte
ya que sólo quedan cenizas y ruinas
de lo que una vez tuvo vida, porque así
TÚ lo decidiste un día...