El destino y sus encrucijadas,
Suele hacernos desviar del camino.
Tratamos de retornar al mismo,
Buscando las huellas dejadas
En nuestra vida pasada.
Si logramos regresar,
Notamos que hemos cambiado,
Creemos borrar lo pasado
Y volver a comenzar,
Sin notar que ya lo hecho, hecho está.
Al continuamos vagando lejos,
Desviándonos cada vez más,
Sumidos en el jamás
Olvidando los rostros del fracaso en el espejo,
Dejando de lado los complejos.
Pensamos que esta todo superado,
Pero al mirar atrás,
Descubrimos que en realidad
Aun tenemos un pasado
Llenos de cosas que nos han marcado.
Entonces decidimos que hacer,
Para bien o para mal,
Pues se suele equivocar
Tanto el que quiere ser,
Como el que parece o es.
Y en el afán de alcanzar
Superar lo acontecido,
Hasta el más prevenido
Suele tenderse a llorar
A la orilla del mar.
Ni las estrellas consuelan,
Al hombre en su desventura,
Que vive tal criatura
Perdida en medio de la selva
Sin tener algo que lo cubra.
Pero si elige comenzar
Por cambiar en su interior,
Y sienta dentro de él, latir su corazón,
Seguro que ha de lograr,
Al igual que el ave fénix, de las cenizas regresar.
Y notara que ha logrado
Lo que ningún otro hombre,
Pues aunque no conozcan su nombre
El será consagrado
Y lo perdido lo tomara como ganado.
Solo de el ha de depender
Levantarse tras cada caída,
Y descubrir que la vida
Sirve solo para aprender,
Y aquellos errores no volver a cometer.
Ruben Dario