
De qué me sirve la luz, si no estas,
para qué la lluvia primaveral;
de qué llegar a casa en tanta paz,
para qué la mar, la mar... y su vendaval.


Recorrer las calles lentamente,
al rítmico paso de quien va a un funeral,
miradas que congelan mas la mente,
luego sumergerse en algun poético portal...



De qué me sirve la luz, si no estas,
de qué estas grandes ganas de amar,
para qué sentimiento tan perspicaz,
se me cae el alma, de tanto amar, y tú no estar.




Sé que si hoy te vas, te voy a necesitar,
tambien que si te quedas, te he de extrañar,
¡no te vayas! pues entre extrañar y necesitar,
prefiero pensar que algun dia haz de llegar...
y no morir con la urgencia de volverte a amar.

