<center>

<center>
COLOQUIO
<center>

¡Vaya...vaya...vaya!..., ¡Por fin!.
Llevo horas recorriendo nuestra alcoba,
de uno a otro lado,
y hablándote de todo cuanto
suceder, se cruzó en nuestro camino.
De aquellas horas tristes, de los ratos felices,
de la orquídea que marchito en tu presencia,
de la vez que lloré al recordarte,
aún, teniéndote a mi lado, tomada de mi mano.
Todo cuanto has escuchado hoy,
de estos resecos y doloridos labios
es la verdad, que anida aquí en mi corazón.
Mira, nada más...ya hasta el sol está dormido,
ni cuenta me había dado.
Ya se ven las estrellas y el plateado de la luna,
ella mantendrá fría nuestra botella de vino,
pero dará calor a nuestros corazones.
No te inquietes, brindemos una vez más.
Mira como se hace sombra de las copas
sobre tu camisa, que abandonaste en el lecho,
y a su lado, la silueta de ciprés,
que nuestros nombres, tiene grabados.
No te miento, todo...absolutamente todo,
es lo que yo siento.
Y..., no han sido tan solo palabras. No.
La expresión de mi cara, de mis ojos...
Mis manos..., unas veces agresivas, convulsionadas
o suplicantes y delicadas y hasta exangües,
y otras exiguas, al secarme una lágrima.
Ves... Razón tengo
cuando digo que nunca había sido tan persuasivo,
solo que,
la alcoba está deshabitada,
dialogaba en desvarió
ante la sombra
de tu memoria.
<center>

Guillermo Cano Botero
<BGSOUND balance=0 src="http://www.marieb.com/no_se_tu.mid"loop=infinite>
</CENTER>
</TD></TR></TABLE></CENTER></center>[/