[font=Monotype Corsiva]"Alma Mía"
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Alma mía, que vaga en agonía,
vuela alto, sin miedo ni cobardía,
busca la calma que tanto ansías,
en senderos lejanos, en tierras vacías.
Allí en donde no llega la hipocresía,
el odio, rencor o la envidia mezquina,
no dudes, sigue volando,
pronto llegarás al cielo deseado.
El camino puede ser un poco largo,
agotada, descansarás al pie de un lago,
recobrando fuerzas para seguir luchando,
por alcanzar esa dicha que estas añorando.
Al fin el viaje a terminado,
ante ti está, ese jardín soñado,
en donde te espera tu ángel amado,
lejos de tanta maldad que el mundo les ha dado.
Solos, en ese bello campo,
vivirán felices, sin penas ni llanto,
almas gemelas que lucharon tanto,
unirán sus vidas en un solo canto.
Alma mía, que triste desdicha,
sólo fue un sueño, no hubo tal dicha,
de nuevo estás aquí, solitaria y perdida,
desesperada, buscando alguna salida.
Ven, regresa a mi cuerpo cansado,
yo seguiré siendo, tu escudo y resguardo,
fiel caballero, que disimula este dolor clavado,
esta pena que significa no estar a su lado,
Descansa ahora, alma mía,
recupera las fuerzas para emprender una nueva partida,
pero esta ves, yo seré tu compañía,
buscaremos juntos, lo que nos ha negado esta vida,
Talvez tengamos que esperar un poco,
talvez nos tome incluso nuestra vida misma,
¿Pero que importancia tiene todo esto?
¿Si al final del tramo nos volvemos un recuerdo eterno?
No importa cual sea nuestro destino,
aun si nos convirtiéramos en espíritu al final del camino,
lograríamos lo que tanto hemos querido,
poder estar al lado de nuestro eterno amor perdido.

Autor: Eduardo
Martín Eduardo Briceño Leguía
Caballero Errante
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