Prefiero a veces callar sencillamente,
cuando no encuentro el color de mi canción,
el esperar esos momentos estridentes,
que le dan todo mi sol al corazón.
Quiero rimar con la vida dulcemente,
brindarle versos que suenen con amor,
y en las miradas que viajan tiernamente,
soñar que vuelo detrás de un ruiseñor.
Y en cada instante que reina el sentimiento,
como una nueva señal de la ilusión,
ser plenamente matiz del pensamiento,
y una semilla inquietante de pasión.




