me voy planeando despacito
justo donde empieza a madurar tu verde sueño.
Y en esos aleteos que simulan las palomas
cuando andan distraídas soñando
con aguaceros de gramíneas.
Es en ese momento, donde esconderé mis besos
en tus arreboladas mejillas.
Sería inútil intentar beber de tus labios mieles
prohibidos quedaron tus labios maduros
al roce inexperto de los míos.
Así que asumiendo que no buscarás venganza
prefiero darte mil besos cercanos a tu oído.
Sabrás que te quiero como siempre
con la misma claridad que tiene el lucero
con el brillo perenne de una estrella
y dorados reflejos como el trigo.
Hasta que me busques y te busque
quedará en tregua esta lucha cotidiana.
Los besos en anaqueles de sueños suspendidos
vorágines de imágen entumecidas
mientras te buscan a ti,
sí a ti su dueño
aunque sea en platónicos planetas
y haya que consultarle al principito y su rosa
si de pasadita te han visto...
b.e
