Dejé correr un hálito de vida,
con la dulzura y amor de mi inconsciente,
y fui sencilla ilusión que me animaba,
a ver las notas serenas del ambiente.
Pude soñar un poco con las horas,
que dieron luz y color a mi presente,
y entre mi entraña asechó con esa fuerza,
con que suspiran mis notas en mi mente.
Y todo el mundo encontré en mis soledades,
como escondido en mi historia simplemente,
cuando mis tiempos buscaron otros soles,
y mis segundos pasaron lentamente.



