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PARA MI HERMNO CAMPESINO.
Amanecer en los campos donde el sol asoma,
vaivén de manto suave, espigas doradas ,
lienzo de verdes tonalidades, diversa,
brisa que en sinfónica respiración exhala.
Trinar de aves, que el silencio alegra,
fauna que se desvela en fría aurora,
mugidos, aullidos, ladridos o baladas,
villorrio que del letargo despierta.
Prados de rociadas gotas límpidas,
nubes de algodón el cielo azul acaricia,
alturas de duras rocas macizas,
aire, que silba vieja melancolía andina.
Húmedas callecitas que se angostan,
humeantes techos que transpiran,
aromas de mescladas sustancias,
saludan el día con prestancia.
Campesinos cargan usos de labranza,
empieza del campo ardua jornada,
sus manos callosas espera la madre tierra,
Laboren y logren frutos para su existencia.
Así vive mi pueblo olvidado,
el solo mastica sus condolencias,
mantiene estoica resistencia a su pobreza,
porque fuerza brillante de sol ha heredado,
en lucha de miles de años, conquistados
forjando un peruano de corazón dorado.
Luis Edmundo
Sayarumi
07/06/07
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