
¿SERÍ HOY POR FIN EL DÍA?
Sigo esculpiendo el aire allá en lo alto,
ha llovido y en los charcos
voy dejando trozos del alma.
Miraba la mañana
mientras un poco escéptica pensaba;
¿será hoy el día, sonaran por fin las campanas
o sólo será un suspiro de pájaro moviendo las alas?
Seguí elucubrando con las horas,
minutos carcelarios y eternos
donde el karma de cada uno subsiste,
a expensas del crepúsculo emancipado de los astros.
Rincones donde guardar el equilibrio sin espejo,
y que el vampiro se sienta a salvo,
cazador en noches blancas, nacarado cuchillo,
impasible sonrisa en los labios
y en su capa un escudo donde reza:
cruel insomnio en el que vivo.
Seguí jugando con las palabras,
contando historias que al pensamiento nada decían
sin darme cuenta que el ocaso fenecía a los pies de la tarde
y mi piel lozana y aguerrida iba perdiendo su lozanía
y mis pies algo cansados eran maquinaria pesada sobre el asfalto.
Ya todo era noche, cerraron las fronteras de la vida,
colgaron un cartel, no hay billetes y la reventa esta prohibida.