
EL TÍLAMO Y LA CRUZ
El tálamo y la cruz del estratega
crepúsculo de amor que me ilumina,
a veces se convierte en medicina
y a veces, su destello me doblega.
Se vuelve sinrazón, cuando no llega,
y en cambio, cuando llega, en repentina
tortura de placer, se hace divina
presencia en lo glorioso de la entrega.
Que no puede vivir el que va muerto
de puro sentimiento y puro grito
negando el esplendor redescubierto.
Lo dice el corazón, y estaba escrito,
que todo aquél que clama en su desierto
nació para besar al infinito.
TADEO