
Siempre pegada a tu amor,
Siempre sedienta,
Siempre rondando…
¿Por qué te querré yo tanto?
¿Por qué viniste a mi senda?
¿Quién hizo brillar tus ojos
en la noche de mi pena?
Fueron tus gracias.
Te sentaste a mi lado
Y entre ese silencio que quema
Floreció mi primavera.
Ruiseñores heridos
Cantaron amor en mis venas.
Entre antes y hoy brilló mi ilusión.
No me hizo falta el olor a mar
Ni el olor a pan caliente,
Ni la dulzura de un fruto maduro.
Todo eres tú en esta montaña de amor
Que creció dentro de mi pecho
Con una mirada,
Con un sollozo,
Con un suspiro.