
Recostados en su lecho, mirándose con profundo y maduro amor, yacen dos seres, deseosos de amor.
Caricias, besos, primero fortuitas, un leve temblor recorre sus cuerpos, unidos como un solo ser, funden en un abrazo, sus cuerpos, sus almas y sus mentes.
Ella, gimiendo de placer siente sobre sus pechos las dulces gotas de sudor, las caricias y las humedades de su cuerpo; tiembla y besa con pasión.
El, mordisquea suavemente su boca. Con sus carnosos labios vuelve profundo sus besos, ambos cuerpos se estremecen de loca pasión.
Ahora son un solo cuerpo, de cada uno de sus poros gotea el deseo implacable, de sus bocas quejidos de gozo, de sus entrañas anhelantes y ardientes, surgen manantiales de aguas embravecidas sienten sus fluidos, quemándolos de placer.
Fundidos nuevamente, alcanzan el éxtasis, sus cuerpos aún unidos se relajan y tenuemente, paulatinamente, se dejan caer.
Recostados sobre sus almohadas, se miran fijamente, con un beso profundo y sus manos entrelazadas, sellan esa noche de……..placer.

