Hola amada mía, dulce encanto
Donde estas, que al despertar no siento
Las únicas alegrías, el gemir del llanto
Que a negros borbones vienen con el viento.
Ya las caderas bien torneadas
No se exhiben frente a mis ojos rojos
Acaso por ser tu piel perlada
En delirios disipará mis antojos.
Eres toda mía, mas no te tengo
Eres solo mía como el viento
Que jadeas al compás del tango
Que reposa en tu remordimiento.
Donde estas amada mía, perla preciosa
A donde fueron los palpaciones ardientes
La pasión desenfrenada del pelvito de diosa
Que resplandece en tu candente simiente.
Te oteo como verde crepúsculo distante
Deseando palpar tus himalayas mamarias
Que igual que las celestiales luminarias
Se acarician en el sueño de un infante.
Sábado 15 Mayo 05.
nico
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