
Madrugada
La noche dejo paso a la luz
como abriendo una flor llego la alborada
en una cascada de fantasía rompía el día
en el jardín claveles y azucenas desplegaban
sus pétalos al bello sol.
Con un suave beso roce los labios de mi amada
con movimientos felinos estiro su bello cuerpo
dejando al descubierto sus bellos encantos de flor
mí cuerpo estrecho en el suyo con mimos de amor.
Allí en medio de la campiña nuestros cuerpos
fundimos en éxtasis de amor
al río nos fuimos como amantes del edén
Y que bella madrugada de amor y pasión.
Por
Jorge Tavárez
Puerto Rico/Usa
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