Ley de la vida, si no comes; te mueres,
hay unos que viven para comer.........
y otros que comen para vivir.
Mi caso es el segundo, como para vivir,
¡eso sí!, hablando del comer... si en
mi plato hay una Langosta al ajillo, unos
Camarones Jumbo o un Filete de exportación,
lo degusto con tanto placer, que despacito
como, cuando estoy por terminar, con vino
corto y en el último bocado mi paladar se
complace al terminar aquel bocadito, y cuento
acabado.
Después llega el mesero muy servicial, ofrece
extravagantes postres ó un delicioso café.
Yo soñolienta después del buen comer, le digo
no gracias, miro con picardía a mi marido,
tomo su mano, la acaricio suavecito, y le
susurro lentecito " vamos a la casa
amorcito”.
Sabemos de sobra que en nuestro tálamo,
luego de profundos ósculos, probaremos
de nuestros cuerpos exquisitos manjares
que saborearemos…..golosos.

