<Img src="http://www3.todito.com/imagenes/foto/usuario/10809_127.jpg">
<B>Violeta de mi vida
Hace un día estupendo, piensa Violeta... ha llegado la primavera, y el perfume de las flores invade su habitación, sonríe feliz y da vueltas agarrando el frondoso vestido mientras canturrea una canción, al asomarse a su ventana ¡un vuelco da su corazón!, Allá en la plaza, sus amigas con sus sombrillas abiertas, caminan alrededor del quiosco, pero su mirada Se fija atentamente en la persona que esta sentada frente al jardín de los rosales, desde su ventana, ella agita su pañuelo, señalando a sus amigas, que pronto se reunirá con ellas, pero en sus adentros, ella sabe que su cometido es saber quien es él... ese forastero, que está solo... en esa plaza atestada de mujeres guapísimas, dándole un beso a su Madre sale apresurada, agarrando sus guantes y abriendo su sombrilla, seguida por su nana, que la sigue casi corriendo, sofocada, diciéndole ¡niña no corras, no corras!, Ella con su risa cristalina, le dice, apúrate nana, apúrate.
Llega hasta donde están sus amigas, y sus mejillas de arrebol
se ensanchan al ver como sus amigas le hacen rueda, y en voz baja le comentan del apuesto caballero, que en silencio, las estuvo viendocuando daban sus vueltas al quiosco, y como se le iluminó su cara al verla llegar a ella. Muy coquetona violeta pregunta - ¿Están seguras muchachas? Todas ríen al unísono, y dicen, si, si, si, – entonces, Violeta, con gran discreción que ni ella se lo cree, voltea lentamente, y señalando al vendedor de algodones de azúcar para disimular, se sofoca al ver como esos ojos negros se posan en los suyos, y siente un hormigueo, cuando esa mirada se desliza por sus cabellos que le cae por los hombros, con unos bucles rojizos, bellos, y en su cabeza una tiara bellísima, que su abuela le ha heredado. Un estremecimiento recorre de pronto su cuerpo, esa mirada se suspende en esos valores, que erguidos parecen reclamar la astucia de la intimidad, el apuesto caballero se levanta, y con una leve inclinación, se acerca a ellas, muy gentil saluda besando a cada una su mano, algunas de ellas se tapan la boca con su guante, para disimular una sonrisa nerviosa. Buenas Tardes les dice, -¿Un día hermoso para pasear verdad? Ellas asientan con la cabeza sin poder articular palabra, sin embargo, la que ha emocionado al forastero, es Violeta, así que deciden desvanecer el tiempo y dejarlos solos, bueno en realidad, se queda la nana con ella, que asombrada no puede creer que su niña, estuviese hablando con un desconocido.
El forastero, en ademán de cortesía, acerca su mano a Violeta, mi nombre es Luis Felipe, dice,- ella le da la mano, y le dice, encantada- el mío, es Violeta... aspirando con coquetería Luis Felipe le dice _ violeta… que bello nombre… la misma primavera le rinde distinción - Por Dios-Luis Felipe, que me hace ruborizar dice Violeta _ ¿porque? – Pregunta Luis Felipe…Solamente le digo la verdad, y dándole el brazo, caminan hasta llegar al río, el canto del agua que acaricia los guijarros, los envuelve en un leve mormullo, su conversación fue así. ¿Luis Felipe, es nuevo aquí verdad? Le dice moviendo sus ojos coquetamente y dejando ver sus bellos dientes blancos le brinda una sonrisita timida, aun asi, ella prosigue el interrogatorio deseando saber mas de él, ¿que le motivó visitar estos bellos paisajes que rodean el campo abierto de mi provincia? He venido a pasar una temporada aquí, contesta Luis Felipe, vengo acompañando a un amigo, que me ha invitado a relajarme, a descansar de la influencia equivocada del mundo, del bullicio de la ciudad metropolitana.
Después de pasar la tarde conversando y aspirando la fragancia de las flores silvestres, se despiden, prometen verse mañana... regresar al río a escuchar el canto del cenzontle, Violeta al llegar a su casa, sube a su habitación a descansar, y estar lista para la cena, al llegar ese momento ella mantiene el silencio de la discreción, no quiere que su Padre... tenga un mal momento. Ansía que llegue el nuevo día, ver a Luis Felipe, el nerviosismo asalta su cuerpo, y decide entrecerrar sus ojos, finge dormir, pero los rayos plateados de la luna, la descubren al entrar por su ventana, se levanta lentamente, su ropón nívea está húmedo, no sabe si es por calor, o por pensar en Luis Felipe, sus cabellos trenzados amorosamente, se adornan con un listón del mismo color del ropón, se sienta en el balcón donde la fragancia de la huele de noche… la envuelve, tal una princesa de cuento. Acompañada de la luna, se siente romántica, se estremece al sentir esas sensaciones que por vez primera ataca sin piedad sus dieciséis años, y sin creerlo, regresa a su cama, donde sueña, con ese amor a primera vista.
De nuevo están juntos, recostados en el edredón que Violeta a tejido, bajo la mirada de su nana, y la aprobación de su Madre, el mantel que descansa sobre la hierba, alberga frutas, panes, quesos y vino, esos días se han repetido por meses; Ya hablan de amor, y anhelantes de sentir la tibieza de sus labios, Luis Felipe se vuelve su cómplice, y Violeta con una mirada le dice a su nana, que se retire a buscar “mariposas” inmediatamente se abrazan, se besan, y aun cuando la boca de Luis Felipe está entre los labios de Violeta no deja de decirle, te amo, me he enamorado como un adolescente de ti... sus manos ansiosas recorren su cuerpo, -Por favor Luis Felipe... no_¿Porque no? Pregunta Luis Felipe ¿No me amas?- Si- Dice Violeta- Pero las cosas no las quiero así, y sofocada no tiene las fuerzas suficientes para quitar las manos de Luis Felipe que ya se deslizan por su cuerpo, y ruedan por la hierba que sucumbe al peso de sus ardientes visitantes, han pasado unas horas, y Violeta aun está entre nubes, Luis Felipe, sentado a su lado, mira fijamente el horizonte, después... se vuelve hacia ella, lentamente le acaricia el cabello que luce revuelto con residuos de hojas secas y pétalos de flores silvestres, como si estuviesen en la danza de la cópula de la primavera con el verano…-Violeta, la apremia Luis Felipe, con la voz ahogada, queriendo acabar rápidamente aquello que lo atormenta... tengo algo que decirte. Mostrando preocupación se toca una y otra vez las manos,... pero no se como hacerlo… ¿Qué pasa?, ¡Por Dios Luis Felipe habla! Perdóname mi vida, tengo que regresar a la ciudad... al decirlo, Luis Felipe esconde su rostro entre sus manos, y su voz se quiebra como el viento al pasar a través del árbol del bosque. – Violeta siente que la sangre corre como el rayo a través de su cuerpo, como si la electricidad entrara a su cerebro… la adrenalina la ofusca y se levanta de un solo movimiento…- ¿Qué dices? ¿Luis Felipe, que dices?- Perdóname Violeta… volveré, te prometo que volveré… el llanto de Violeta, intenta ser silencioso, pero no lo puede evitar, su cuerpo se convulsiona, su llanto se vuelve violento como el trueno al empezar la lluvia, rechazando el abrazo de Luis Felipe, corre, corre como una gacela herida, que busca el refugio de una caricia tibia, sin escuchar los gritos desesperados de él.
Llegó el nuevo día, los rayos del sol la sorprenden aun sentada viendo el horizonte, se niega a salir de su habitación, no le conmueven los ruegos de su Madre, ni los de su nana. Es uno de esos momentos, en que se acerca a la ventana, y lo ve ¡Si, si, es él!, Es el amor de su vida que en ese momento se dirige a abordar el tren, en el preciso momento en que él dirigía su mirada hacia la ventana, ella se derrumba en la cama, ahogando el llanto sobre la almohada.
Pasan los años...
Es primavera, y el sendero por donde camina un hombre con pasos cansados y apoyándose en un bastón, está sembrado de violetas, su aroma penetra sus pensamientos, trae una pequeña maleta, de pronto sin pensarlo, toma un atajo, que al final lo lleva a un río, en esos momentos luce seco, árido el contorno, donde se nota que hace mucho tiempo que el agua cristalina dejó su murmullo en las colinas. Sus cabellos lucen blancos como la nevada, y sus ojos se han humedecido dejando un pequeño brillo, donde ya no existe. Desandando el sendero, entra de nuevo donde se supone hay un quiosco, pero, ¡No está! No está el quiosco, aquel donde por primera vez vio a Violeta... En su lugar hay una floristería, escogiendo un ramillete de violetas, se dirige hacia la casa, aquella que en sus sueños, él llegaba, y de blanco a su princesa llevaba al altar, sorprendido, su mirada recorre los alrededores, su reja ya está amarilleada, el jardín ya no luce extraordinario como en aquellos años, no en balde han pasado cincuenta años, ¿Donde está Violeta? Se pregunta emocionado.
Luis Felipe ha regresado!... busca a Violeta, le urge decirle porque no cumplió su palabra, decirle que por un error lo apresaron justo el día que abandonara el pueblo, que lo confundieron con un asaltante de trenes que por mucho tiempo era buscado, por un año estuvo aislado, las torturas a la que fue sometido lo dejaron casi invalido, tuvieron que pasar largos años para recuperarse, pero jamás olvidó los sollozos amargos de aquella doncella que se entregó a él inocentemente el día que se despidió de ella. Luis Felipe, ignora que Violeta murió al dar a luz a su hijo Luis Felipe De la Trinidad, y que éste, fue llevado a otro país, para ocultar la deshonra de la familia.
Son los habitantes de ese pueblo, que le hacen saber lo que paso durante su ausencia. Acepta la historia con valentía, se dirige con paso muy, pero muy cansado al cementerio, y con el llanto surcando las huellas que la vida le ha marcado en su rostro… encuentra la tumba de Violeta, llena de hierba seca, desolada, abandonada, y con sus manos torpes, corta con rabia las que tapan el nombre de su princesa adorada, ahí, en la lápida donde el nombre de ella esta por desaparecer coloca el ramillete de violetas, y se sienta al lado de la tumba, e inicia una conversación con ella, - Violeta, recuerdas aquel…
Cuenta la historia... que al pasar los días, el sepulturero, encuentra un desconocido sin vida al lado de la tumba de Violeta de la Trinidad, con una sonrisa de satisfacción, y en sus manos pétalos, de violeta marchitos.
FIN..
Autora Cristina Bonilla
Violeta de mi vida
- CRISTINA BONILLA
- Forista
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- Registrado: 09 Oct 2003, 16:51
- Guillermo Cano Botero
- Forista Legendario
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- Registrado: 14 Jun 2005, 23:47
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Estimada Cristina Bonilla
Hermosa Historia la que nos narras de Violeta y Luis Felipe, está escrita en todos sus metices, alegrías, tristezas, compañias, soledades, viad y muerte.
Felicitaciones por tan bello relato.
Con respeto y admiración.
Guillermo
Felicitaciones por tan bello relato.
Con respeto y admiración.
Guillermo
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“Decir no sé, quiero aprender…es ser sabio”
Omerlliug Onac - siglo V
“Decir no sé, quiero aprender…es ser sabio”
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- CRISTINA BONILLA
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- Registrado: 09 Oct 2003, 16:51
Re: Estimada Cristina Bonilla
Guillermo Cano Botero escribió:Hermosa Historia la que nos narras de Violeta y Luis Felipe, está escrita en todos sus metices, alegrías, tristezas, compañias, soledades, viad y muerte.
Felicitaciones por tan bello relato.
Con respeto y admiración.
Guillermo
gracias Guillermo, por estar
en mis letras, muy agradecida
de tu comentario me incentiva a seguir
escribiendo
saludos desde California
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- Forista Senior
- Mensajes: 1319
- Registrado: 27 Ene 2005, 02:10
- Ubicación: * Mas allá del sol *
Cris
Comenzó tu cuento con alegría , ilusiones y esperanzas ¡ tal como la vida ! ,,,y terminó igual que ella , llena de dolor y desolación ...
gracias por compartirlo
besitos
Liby
gracias por compartirlo
besitos
Liby
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" Un amigo es el que se alegra con tus éxitos y te aplaude con las manos y con el corazón "
( Liby )

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