“A Tus Ojos Turquesa”
El cielo nublado lloraba con tanta melancolía que sus lagrimas inundaban las calles porteñas, cargadas, además, de indiferencia y anonimato.
Liberada cinco minutos de mis cargas horarias, salgo a disfrutar del rocío de la lluvia que fue suavemente robado de la tempestad para rozar mi piel.
Saco un cigarrillo, compañero de todo tipo de momentos, bajo la cabeza para encenderlo y, de reojo, veo una figura que busca refugiarse de ésta efímera y abrumadora tormenta de verano.
Nuestras miradas se interceptan y mi disimulo me lleva a mirar al vacío que yace frente a mí. Minutos más tarde. Cruzaste por delante de mi fingir maestro, parándote junto a mí, ahora, trémulo ser.
Anhelaba romper el hielo cortante del silencio, pero tu voz desgarrada, con acento del país “com la pele quente e o samba na sangue”, atinaste a emitir una excusa, camuflada como pregunta, y ví tus ojos turquesa y tus labios carnosos, perfectamente ornamentados con un cigarrillo suave.
Los minutos fueron pasando mientras me permitías navegar en el océano de tu mirada turquesa y perderme, en ésos sueños de poeta que me caracterizan, en el beso que deseo darte, mientras me invitabas a conocer tus playas.
Cuarenta minutos duró nuestro encuentro, pero, hasta ahora, en mi vida jamás mi ser se sorprendió tanto, pues acostumbrada, cuan felino astuto, a acechar a mi presa desde la distancia, medir sus tiempos, acercar mi cuerpo con movimientos lentos, mimetizada en la maleza y atacar, sin más razón en mis motivos que la de degustar de la prohibición de comer besos ajenos o rebosantes de tabúes, te acercaste, sacándome de la naturaleza instintiva y rutinaria de mi origen bestial, abstrayéndome de mi estructura para dejarme nadar desnuda en la magia de tu voz.
Más la maldición del desencuentro enturbia las aguas de mis amores, el tiempo no para y dejando una nueva “gestalten” abierta partirás mañana a la blancura de tus playas y yo, al día siguiente, a la altura de mis montañas dejando atrás a aquel “Buenos Aires querido”, testigo de nuestro encuentro casual.
Bs. As; Para un psicólogo brasilero (Sao Paulo) con alma gris, como todo psicólogo, pero cuyos ojos me hechizaron y cuyos labios me era imposible dejar de desear... (Léase: ver)
Bs. As, 16 de Marzo de 2006: I Congreso de la Asociación Argentina de Salud Mental (16, 17 y 18 de Marzo)
(Bs. As)
"A TUS OJOS TURQUESA"
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"A TUS OJOS TURQUESA"
Peligrosa Soledad
- Guillermo Cano Botero
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Estimada Peligrosa Soledad
Una interesante historia trajiste, sobre aquel hechizo de los ojos, su color y su mirada.
Con respeto y admiración.
Guillermo
Con respeto y admiración.
Guillermo
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“Decir no sé, quiero aprender…es ser sabio”
Omerlliug Onac - siglo V
“Decir no sé, quiero aprender…es ser sabio”
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- Forista
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Es impresionante el poder de una mirada... Es magica, es unica, es directa, puede ser sutil... Es nuestra impronta, mas alla de las palabras, mas alla del saludo, mas alla de la manera de caminar o comportarse... He aprendido q, realmente, "los ojos son las ventanas del alma"
Gracias!
Gracias!
Peligrosa Soledad